Desde que empezó la pandemia por Coronavirus no tardaron en llegar a El Aconquija las denuncias y escraches sobre quienes incumplían con la cuarentena, el aislamiento y los protocolos. También hubo quienes usaron esta emergencia sanitaria a su favor política y legalmente. Mucho se ha venido hablando de las personas que no respetan el distanciamiento social y el uso de barbijo. Sin embargo, las clínicas privadas no son ajenas a esto.
Hace un par de semanas, El Aconquija publicó fotografías de Andrés Jalil, hermano del Gobernador de Catamarca y encargado del Sanatorio Junín, una de las más nuevas adquisiciones del clan empresarial catamarqueño. En las imágenes se ve a Andrés, sin ningún tipo de máscara protectora o barbijo, salir a la sala de espera del nosocomio. La cual se encontraba bastante concurrida, ya que en esos días se había habilitado la atención al público.
Mucho se ha hablado al respecto de las medidas tomadas por todas las clínicas privadas de la provincia, y si bien la mayoría son de la familia del Gobernador, hay unas pocas que todavía no. Pero que igualmente gozan de la impunidad para acopiar personas en sus salas de espera, en sus habitaciones de internación y hasta, por qué no, también en sus pasillos y escaleras.
Tal es el caso del Instituto Médico de La Comunidad. Esta clínica privada, al estar ubicada a las afueras del microcentro catamarqueño, podría pensarse que su demanda no es tan excesiva como las demás, y que eso le permitiría de alguna manera respetar adecuadamente el protocolo. Sin embargo, no sólo se hizo famosa por albergar al preso vip Elián Kotler, sino que también ahora está en boca de todos por su nulo respeto del distanciamiento social.
Según le informaron a El Aconquija, en esta clínica las filas no pasan el medio metro de distancia, infringiendo así la más básica de las medidas de prevención, como lo es el distanciamiento social. Además de tener 3 pisos con habitaciones minúsculas, las cuales están repletas de internados (2 pacientes por habitación con su respectivo acompañante cada uno) O sea, 4 personas en un espacio bastante reducido y carente de ventilación.
A todo esto le sumamos que en las salas de espera sientan a los pacientes, que en su mayoría son ancianos, uno al lado del otro. Resulta imposible que la situación epidemiológica de Catamarca mejore, si cada vez son más los nosocomios que no respetan ni siquiera el distanciamiento. Esto ya excede la responsabilidad social a la que apelan desde el Gobierno, porque ya es responsabilidad de quienes lucran con la salud de la gente y aprovechan no ser controlados.