“Sentimos entre todos que no hacen empatía con los problemas que estamos teniendo”, dijo un productor de la provincia al explicar la situación que están viviendo con la langosta. En esa línea, denuncian la falta de presencia de parte del Gobierno. Señalan que la única manera de controlar al insecto sería con operativos aéreos que requerirían de la asistencia estatal. “Esto ya no da para más”, sentencian.
“Si el comité funcionaría acá, la emergencia sería más rápida. Podríamos escuchar todas las campanas”, explicó el productor. Sin embargo, señaló que, ante esta realidad y la falta de presencia del Gobierno, no les “interesa saber cuál es la posición del Senasa, de la universidad, ni del ministro de Producción“. En cambio, quieren que se solucione el problema que los afecta en estos momentos.
“La langosta no tiene horario administrativo”, expuso, quejándose de que los funcionarios no se acercan al campo, trabajan con horario de oficina y viven entre conferencias de prensa y reuniones con periodistas en lugares lejanos a donde ocurren los problemas. “Sino hacemos una aplicación aérea estamos perdiendo el tiempo”, aseguró el productor, explicando que sus esfuerzos sería en vano.
“Esto ya no va para más. Yo la tengo en el tomate, en el zapallo, en todos lados”, expresó otro productor quien advirtió que “no se la va a poder controlar. Nos tenemos que reunir urgente. Son tantas que ya no se las puede sacar”. Hasta el momento, los afectados invertían desde su bolsillo para intentar mantener el insecto alejado de sus cultivos, pero esto se convirtió en una solución inútil e insuficiente. Además, exponen que ni el Ministerio de Producción ni el Senasa pudieron hacer algo contra el insecto.
Si bien la quema de gomas y el ruido logra que la langosta se aleje de las zonas cultivadas, al cabo de un tiempo vuelven. Es decir, el problema no se soluciona de forma eficaz, ya que solo se lo desplaza y no se lo ataca. Por esto es que requieren de la asistencia aérea y la participación del Gobierno Nacional. Hasta ahora el problema que denuncian es en la provincia de Catamarca, pero la presencia de las langostas podría desplazarse hacia una provincia vecina, de no ser tratada a tiempo.