Sinceramente, el libro de Cristina Fernandez de Kirchner que ya se convirtió en un boom editorial, llegó a Tucumán. En Buenos Aires y Capital Federal causó largas colas y ya esperan las segunda tanta. Salió con una tirada inicial de 20 mil ejemplares, y ya tiene dos reimpresiones más, una de 20 mil y otra de 24 mil: 64 mil en total
“Esta semana esperamos el libro y el 90% ya está reservado. Tal es así que ya mandamos a pedir una nueva entrega”, explicó Facundo Hasbani, de la librería Cúspide en Tucumán, en diálogo con El Tucumano. La edición que cuesta $599 lo cual algunos analistas y significa la primera señal del lanzamiento la candidatura a presidenta de CFK.
Ganancias
Si el acuerdo de ingresos por derechos de autor fuera con Cristina como el de la mayoría de la industria editorial, la ganancia de la exmandataria sería el 10 por ciento del precio de tapa. Es decir, como mínimo, se quedará con 3,6 millones de pesos. Los 60 mil ejemplares vendidos suponen una recaudación total de 35.940.000 pesos.
Las frases más destacadas del libro
“Lo cierto es que más allá de los unos y los otros… soy Cristina. Una mujer… con todo lo que implica ser mujer en la Argentina. Con una vida en la que se cruzaron éxitos, y frustraciones, aciertos y errores, pero que fue honestamente vivida sin declinar convicciones”.
“Muchas veces, después del balotaje, pensé en eso que finalmente no se dio: yo, frente a la Asamblea Legislativa, entregándole los atributos presidenciales a… ¡Mauricio Macri! Lo pensaba y se me estrujaba el corazón. Es más, ya había imaginado cómo hacerlo: me sacaba la banda y, junto al bastón, los depositaba suavemente sobre el estrado de la presidencia de la Asamblea, lo saludaba y me retiraba. Todo Cambiemos quería esa foto mía entregándole el mando a Macri porque no era cualquier otro presidente. Era Cristina, era la “yegua”, la soberbia, la autoritaria, la populista en un acto de rendición”.
“Debo admitir que la cuestión de las cadenas nacionales fue todo un tema. Sí, el hecho de que yo hablara por cadena nacional -bastante seguido, es cierto- para comunicar la gestión de gobierno, obras, leyes, medidas, etc., tenía una razón objetiva: si yo no utilizaba esta herramienta, lo que nosotros hacíamos no aparecía en los medios de comunicación”.
“Había tomado la decisión de no tener fueros, no solo por lo que dije que los argentinos debían descansar de mí y yo de ellos, sino porque no estaba dispuesta, cuando terminé mi mandato, a que dijeran que iba en una lista buscando fueros. Esa fue la única razón por la cual le dije ‘no’ a Daniel Scioli cuando me pidió que encabezara la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Hoy, a la distancia, me pregunto: ¿hubiera ayudado a cubrir la escasa diferencia de votos que tuvimos en el balotaje si iba como diputada? ¿No me habré equivocado al decirle que no a Daniel? ¡Qué sé yo!…”.
“Me llamaron loca, histérica, orgásmica, desesperada por el poder. Mientras escribo, pienso con dolor que a pesar de haber sido la primera mujer electa presidenta de la historia, no se alzó ninguna voz feminista para condenar el ataque por mi condición de mujer. Ojo, no digo para defender el gobierno, ni las políticas, ni a ninguna persona en particular, sino el género que era agredido como tal”