“La situación cada vez es más crítica, no hay ventas y las tarifas nos están aniquilando. Las tarifas son lo más terribles”, dijo un comerciante que se desempeña en Almagro. La situación de la economía es inestable y no da respiro a los comercios con las cargas impositivas, los alquileres de los locales y el precio de las tarifas. Según datos informados por Minuto a minuto los locales que fueron cerrados hasta el momento llegaron a la cifra aproximada de 28.000 kioscos.
En la nota realizada por Bernando Magnago el dueño del local puso a las claras todas las dificultades que posee a la hora de mantener su negocio en pie, sin despedir a su personal, ya que este cuenta con sus familias. “Ya el lunes la marca número uno de golosinas incrementó sus precios, los lácteos también, hablamos de 12 y 15 por ciento”, dijo Claudio preocupado por los avances de la inflación en la venta mayorista.
En cuanto a las tarifas, dijo que de energía eléctrica le vino “$8.200 en enero, $23.000 en febrero y $26.000 en marzo, son tarifas impagables. Tuve que acogerme a un plan de pagos porque no las puedo pagar. Reduje rentabilidad para poder vender y pagar los costos. Acá trabajan dos chicos, somos 4 personas, 4 familias. Bajamos los precios para cubrir los gastos”, destacó en cuanto a esta sucursal, ya que no es el único kiosco que posee.
“Bajé los precios y saqué equipos de frío para las gaseosas, tratamos de hacer el gasto mínimo de energía, las luces las prendemos de última”, expresó el comerciante, lo cual concuerda con el pensamiento de gran parte de la Argentina, ya que según datos oficiales la demanda de energía eléctrica en marzo bajó un 9,6 % en cuanto al mismo período del año anterior.
“Al kiosquero se lo demoniza, nosotros no ganamos nada con la SUBE, yo me adherí al paro. La rentabilidad es nula, viene la empresa, te deja la máquina, yo tengo que pagar el internet, la energía, el rollo, al que la opera, la empresa solo pone la máquina y da una rentabilidad bajísima, no llegamos al 0,01 por ciento de rentabilidad, en virtual llegamos al 2,5 %”, lo cual demuestra el funcionamiento real de la famosa carga de tarjetas, que además, deben competir con las aplicaciones que se largaron para el sistema operativo Android, o cual deja que cada persona se cargue crédito por su celular.
A su vez, dijo, “un distribuidor me mandó 150 bultos para ver qué podía hacer porque no vende nada, son terceras marcas, me los dio a pagar cuando lo venda. Estas marcas hace 4 años era impensable que estuvieran en CABA porque el público es marquista. La gente ahora se vuelca a segundas y terceras marcas y busca ofertas, consumen mucho menos”. Dejando a la vista de todas las condiciones que incluso los mayoristas pasan en el país.
Aparte de la situación económica, el comerciante se refirió a las condiciones de seguridad del lugar, “yo tuve varios asaltos acá, hablamos en la comisaría y tanto el comisario como la gente de la seccional novena le pusieron la mejor, pusimos policía en la cuadra. No tengo nada que decir”, aclaró.