En medio de un contexto macroeconómico difícil en cuanto a la inestabilidad e incertidumbre, el miércoles, trabajadores del sector aceitero iniciaron una huelga nacional ante la falta de respuesta que sufrieron por parte de las cámaras patronales respecto al pedido de recomposición salarial. Según el diario El Intransigente, Gustavo Idigoras, presidente de Ciara y CEC, fue entrevistado al aire de radio Colonia para expresar lo sucedido.
«Se dictó la conciliación obligatoria ayer a la tarde, lo que implica la suspensión a las medidas de fuerza. Ahora tenemos negociación los próximos 15 días y esperamos que la Secretaría de Trabajo nos fije la fecha de la audiencia que seguramente será a comienzo de la próxima semana. Ahí entablaremos diálogo con la Federación de Aceiteros buscando llegar a una solución que sea favorable», comentó.
El dirigente ahondó en detalles y explico el caso de las dos federaciones que agrupan al sector. «Este fue un voto de conflicto bastante atípico. Tenemos dos grandes gremios, el de San Lorenzo que llegó a un acuerdo para hacer un anticipo financiero que sería de $10.000 y a fin de mes volver a sentarnos para hacer un acuerdo definitivo. En el caso de la Federación Nacional de Aceiteros, que representa al resto de las plantas que no se encuentran en esa zona, también llegó a un acuerdo de adelanto financiero, pero al redactar el acta encontramos una diferencia importante con ellos», aclaró.
«Nuestro trabajo es proteger el derecho de los trabajadores y seguiremos luchando para eso. Por ello, la próxima semana vamos a volver a las negociaciones para llegar a un acuerdo. El comunicado de la Federación Aceitera me pareció muy alejado de la realidad y de la opinión de los dirigentes sindicales. Creo que fue más una expresión política que sindical, por lo cual todos los puntos que mencionan son falsos», agregó.
Para el sindicalista, la situación de la industria aceitera se viene deteriorando y remarcó el dato respecto al incremento de exportación de poroto y soja. «Acá ya no hablamos de cuál es el porcentaje de rentabilidad, hoy se está trabajando con márgenes negativos, ni hablar de las empresas del interior del país que tienen un costo mucho más elevado. A ello sumarle el consumo local que disminuyó muchísimo», disparó.
«Parece un tema bastante técnico, pero hay que saber que Argentina tiene como principal producto de exportación la harina de soja. Esto implica 10 mil millones de dólares producto de la exportación de este producto. Algunos países consumen por el alto grado de proteínas que tiene, para ello necesitamos que el poroto de soja tenga el mayor contenido posible y hoy la soja de Argentina tiene menor proteína que la del resto del mundo», detalló.
Por último, Idigoras afirmó que todo esto está llevando a un deterioro y caída de exportación en estos 10 años. «Estamos teniendo un impacto en esos contratos de exportación porque nos vamos a ver penalizados en el precio de los productos. Esto puede afectar directamente el área de siembra de nuestro país. Tenemos que trabajar todos juntos para buscar los mejores mecanismos, sino la Argentina pone en riesgo el principal producto de exportación del país», finalizó.