En medio de los conflictos que envuelven a Latinoamérica, el pasado miércoles la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de declaración de repudio al “golpe de Estado perpetrado en el Estado Plurinacional de Bolivia contra el Gobierno democráticamente electo del presidente Evo Morales”. En total, 29 legisladores votaron a favor, 6 en contra y otros 6 se abstuvieron de emitir voto.
La Cámara Alta del Congreso se llenó de festejos y euforia por la decisión. Esta votación tuvo lugar en una sesión especial, después de dos meses de inactividad. Sin embargo, hubo quienes no se unieron a los festejos, entre ellos la senadora tucumana Silvia Elias de Pérez, quien representa a la Unión Cívica Radical. Su posición no sorprendió, sobre todo si se tiene en cuenta que dentro del bloque de Cambiemos hubo rechazos y abstinencias frente al proyecto.
Así, de acuerdo a lo aprobado, quedó estableció que el Poder Ejecutivo, “en virtud del quiebre democrático ocurrido en el hermano país, conceda asilo a cualquier integrante del Gobierno encabezado por Evo Morales que así lo solicitara, a fin de garantizar la protección de su vida, su libertad y su integridad, y la de su familia”.
Asimismo, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y senador de Cambiemos, Julio Cobos, se encargó de remarcar que “en este afán de respetar la voluntad popular también tenemos que respetar la voluntad popular de los procesos eleccionarios y me parece que todo este conflicto se origina en Bolivia, por algo que quizás contagia a algunos presidentes de eternizarse en los cargos”.
Además, al iniciar la sesión en la Cámara de Senadores, el Presidente del bloque Justicialista, desde donde se impulsó el proyecto, Carlos Caserio, expuso que “la actitud de los militares bolivianos ha sido de sedición que en algún momento la democracia de Bolivia tendrá que juzgar. Nadie puede interrumpir un mandato ni pedirle a un Presidente electo que renuncie. Evo Morales debió renunciar por determinadas circunstancias: las amenazas personales sobre su vida y la de su familia, además por la responsabilidad de evitar cualquier derramamiento de sangre del pueblo boliviano”.