En medio de la causa que investiga el lavado del dinero y la llamada “Ruta del dinero K”, el polémico empresario declaró ser simplemente una víctima de una campaña atroz en su contra. Lázaro Baez es el dueño de la empresa Austral Construcciones, acusado de ser el testaferro de la familia Kirchner, negó tal título y denunció aprietes. Esta mañana declaró en el Tribunal Oral federal 4, en Comodoro Py.
Según informó El Intransigente, la de este miércoles fue la primera indagatoria del dirigente en el marco de la investigación de la ruta del dinero K. Ante la Justicia, aseguró que recibió aprietas para “que involucre al peronismo y a Cristina Kirchner“. Detrás de todo ello, planteó, habrían estado los servicios de inteligencia, que habrían buscado complicar judicialmente a la futura vicepresidenta.
El empresario de la construcción está acusado de haber lavado 60 millones de dólares provenientes de la obra pública de Santa Cruz. Frente a esto, Báez denunció que “inventaron causas sobre causas”. A su vez, se definió a sí mismo como “una víctima de una campaña atroz, que incluyó la detención de políticos demonizados para quedarse con todo”.
Por otra parte, sostuvo la teoría de la persecución judicial a los opositores y señaló que fue “uno de los elegidos para poder atacar el modelo de país inclusivo, justo y soberano que soñó Néstor Kirchner“. Es por ello que negó haber sido el testaferro del expresidente y de su esposa, que asumirá el 10 de diciembre la conducción del Senado nacional.
Vale recordar que no solo el propietario de Austral Construcciones está siendo investigado por lavado de activos. También se encuentran procesados sus cuatro hijos, Martín (detenido), Leandro, Luciana y Melina. Otras de las 25 figuras implicadas en la causa son los financistas Leonardo Fariña (arrepentido) y Federico Elaskar, y el empresario Fabián Rossi.