Elisa Carrió era diputada nacional de Cambiemos por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y renunció a su banca en el Congreso de la Nación. Elisa es la referente de la Coalición Cívica. Ella asegura que se alejó de la política para que el peronismo no necesite perturbar al Parlamento, según sus palabras, y asegura estar lista para ir presa.
Como informó El Intransigente, luego de anunciar públicamente su alejamiento de la política, Elisa Carrió asistió este jueves a la Cámara de Diputados, en la que pudo haber sido una de las últimas sesiones de su carrera legislativa. La dirigente participó de la sesión especial solicitada por Cambiemos para tratar el proyecto de “Ficha Limpia” que impide la postulación a cargos electivos para aquellas personas que esten condenadas en segunda instancia por corrupción.
En ese marco, Carrió aprovechó su intervención para referirse a la renuncia a su banca: “Si renuncio a la banca es para que a partir de marzo si los señores del Partido Justicialista o del Frente para la Victoria quieren venganza, no necesiten perturbar al Parlamento. Solamente necesitan ir a buscarme y yo tengo la valija llena de camisones rayados para ir a la cárcel común”.
En esa línea destacó que no se refugiará en fueros parlamentarios, en caso que le toque enfrentarse a alguna causa judicial a partir del 10 de diciembre. “Renuncio a la banca para que nadie se anime a pedirme el desafuero”, expresó y agregó llegó a tener 47 procesos abiertos en su contra pero nunca se hizo “la víctima” ante el Poder Judicial.
“No puede ser el antro de la impunidad en Argentina. Cada diputado y cada senador que está con prisión preventiva tendría que tener vergüenza, respeto por el Parlamento y estar fuera”, manifestó. “La corrupción tiene nombre y apellido. Y nos costó mucho ponerle nombre y apellido a Julio De Vido cuando no lo hacía nadie de la clase política y se pedía mi detención”, finalizó.