El país entero esta consternado por el asesinato de Fernando Báez Sosa, Villa Gesell, de la mano de un grupo de rugbiers. A pesar de esto, la violencia entre los jóvenes no para. Este fin de semana dos chicos de 23 años fueron víctimas de un ataque en manada a la salida de un boliche de Playa Grande, en la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
Hace más de una semana la violencia que se vive en los boliche mostró su máxima expresión. En la madrugada del sábado 18 de enero, en la ciudad de Villa Gesell, un grupo de rugbiers terminó con la vida de Fernando Báez Sosa. Hasta el momento todos los sospechosos están siendo juzgados y están pasando por las distintas instancias judiciales.
Desde ese momento, la policía de la provincia aumentó los controles para evitar este tipo de violencia. Pero a pesar de esto volvió a pasar. El fin de semana dos jóvenes de 23 años denunciaron en la policía que un grupo de personas los atacaron a golpes de puño cuando ellos salían de un boliche de Playa grande, en la ciudad balnearia de Mar del Plata.
Las víctimas señalaron que fueron atacados a golpes de puño y con palos al pasar por el parque San Martín, luego de un cruce verbal con los adolescentes, y que después les robaron el celular y la billetera. Por el hecho fue detenido un chico de 16 años, mientras que el resto de la banda logró darse a la fuga luego de la agresión. El menor aprehendido aseguró que había ingresado a un boliche de la zona y que el suceso “no se trató de un robo, solo de una pelea”.
Al respecto, el fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil dijo a un medio de Mar del Plata que existe “una clara falta de control”, y remarcó que “no es la primera vez” que un menor que sale de un boliche en Playa Grande es detenido por ser partícipe de un delito. “Falla la Secretaría de la Niñez y Adolescencia, falla la Policía y falla la seguridad privada que no realiza el control como corresponde”, manifestó en referencia al ingreso del joven a la discoteca.
Fuente: NA