El pasado lunes, el gobierno anunció la intervención de la empresa Vicentin y su futura expropiación, previa aprobación del Congreso. Los dueños de la compañía no se mostraron conformes con la decisión del Ejecutivo y aseguraron que se enteraron por los medios de comunicación. Por esta razón, en la tarde de este jueves, Alberto Fernández recibirá al CEO de la firma, Sergio Nardelli.
Así lo revelaron durante la tarde de este miércoles las fuentes oficiales consultadas por la agencia NA, aunque no brindaron mayores detalles. La convocatoria presidencial se da en medio de un importante rechazo del arco político opositor y de gran parte del empresariado que exige al Ejecutivo que de marcha atrás. En este contexto, el presidente decidió dejar de lado una visita a La Rioja y mantener este encuentro con el CEO de Vicentin.
Nardelli es uno de los principales directivos de la compañía y nieto del fundador de la firma y fue quien mantuvo una conversación telefónica con el Jefe de Estado el martes por la noche. El presidente, a su vez, negó haber hablado con su antecesor, Mauricio Macri, sobre Vicentin, una empresa que adeuda US$ 1.350 millones y a la que el Banco Nación le otorgó millonarios créditos que no se ajustarían a la capacidad de repago que tenía.
En declaraciones a Radio 10, Alberto Fernández dijo que el martes lo llamó Nardelli y describió que mantuvieron una “muy buena charla”. “Le expliqué con mucha cordialidad: tengo la impresión de que su empresa ha sobregirado mucho más de lo debido. Y le manifeste que la medida no tiene ninguna vocación de perjudicar a nadie”, aseguró el jefe de Estado. Y señaló que el gobierno solo está buscando “rescatar” a Vicentin para que “siga siendo argentina”.
Alberto Fernández se molestó por las críticas
“Lo que estamos haciendo es rescatar una empresa de la quiebra. Lo que intentan es mostrarlo como un gesto arbitrario como si esta fuera la regla del gobierno”, dijo el presidente. En ese sentido, aclaró: “En el país operan siete cerealeras. Solo tres son nacionales, las demás tienen capitales extranjeros”. “Yo no tengo ninguna vocación de que el Estado se ande quedando con las empresas de nadie”, cerró Alberto Fernández.
