Uno de los empleos que definitivamente no cayó por la pandemia fue el de los repartidores de delivery. Las Apps de este rubro vieron crecer en millones su cotización bursátil, en acompañamiento de la cantidad de descargas y la solicitud de trabajadores para unirse al servicio. Pero, estos trabajadores crearon un gremio, la Agrupación ATR, donde denuncian: “Mientras las empresas cuentan millones nosotros contamos nuestros muertos”.
En lo que va de la cuarentena ocurrieron 6 crímenes laborales, es decir, repartidores murieron en accidentes durante el servicio. Las empresas no se hacen cargo desde ningún punto por las pérdidas. Tampoco tienen en consideración los derechos laborales básicos, como las vacaciones, indemnizaciones, licencias pagas por enfermedad. Es una total desidia que puede catalogarse como precarización laboral.
Hace poco circulaba una publicidad de Rappi, en la que llamaba a sus repartidores “RappiHéroes”, a lo que el gremio ATR respondía que eran más bien “RappiExplotados”. En esas fechas, al comienzo de la cuarentena, se dio el primer paro de repartidores. Aunque no lograron una totalidad de adhesión a nivel nacional, sí consiguieron hacer colapsar el sistema un par de horas.
Tercer paro
Hoy 1 de julio, los repartidores convocan al tercer paro Internacional por sus derechos. Desde su fanpage incitan a su adhesión: “Volvemos a las calles, seguimos esta lucha incansable por todos nuestros derechos como trabajadores. Para pedir justicia por los compañeros fallecidos, para seguir luchando contra la precarización laboral asesina. Para golpear con un solo puño a las patronales y sus gobiernos cómplices”. Buscan imponer a la vez los hashtag “#YoNoReparto y #brequedosapps”.
“Ni un repartidor menos”, concluyen insistiendo en el pedido de justicia por los compañeros fallecidos. A su vez esperan conquistar los derechos de indemnización cargo de la empresas, una jornada reducida igual al costo de la canasta familiar y el reconocimiento de la insalubridad que implica su labor. Y es que ni siquiera por la pandemia otorgaron elementos de higiene a los repartidores, ellos mismos tienen que costearlos. De modo que empresas como Rappi, Glovo y PedidosYa podrían ver disminuida su capacidad de atención en todo el mundo.
