La reforma judicial anunciada por el presidente Alberto Fernández va camino a concretarse. El Poder Ejecutivo enviará al Congreso, se estima que esta semana, un proyecto de ley en el que propone modificaciones en la justicia federal. El propio Jefe de Estado ha mencionado que este proyecto es “tan ambicioso como necesario” y que además, el Poder Judicial “se ha exhibido ante nosotros con un funcionamiento defectuoso”.
En este marco, Fernández le apuntó a la Corte Suprema y se generó una incógnita: para lograr un mejor funcionamiento, ¿debería ampliarse o no la cantidad de jueces o dividirlos en salas? También se generan dudas acerca de posibles cambios en el Consejo de la Magistratura y en el Ministerio Público, en tanto que deslizó la posibilidad de poner en marcha de “una vez por todas” el juicio por jurados, el cual está contemplado en la Constitución Nacional, pero sólo se aplican en 6 provincias argentinas.
Otro punto interesante a analizar también es que el presidente aseguró que es proclive a revisar la figura del arrepentido, ley con la que afirmó no haber estado “nunca de acuerdo”. “El concepto del arrepentido es en el Derecho Penal el confeso. No hacía falta crear una figura del arrepentimiento. Hay gente que genuinamente se arrepiente y confiesa su delito. El sistema del arrepentido puede generar una enorme perversión de incentivar a alguien a decir lo que no ocurre tan solo para poder sentirse liberado”,
Según el diario nacional Infobae, el principal hecho que abarca la reforma es la fusión del fuero Criminal y Correccional Federal con el fuero Nacional en lo Penal Económico. Es decir que los polémicos 12 juzgados federales de Comodoro Py dejarán de existir tal como se los conoce. En los juzgados federales se investigan los casos de corrupción que involucran a los funcionarios del Poder Ejecutivo pero también los de trata de personas y narcotráfico, entre otros delitos. Siempre ha sido el fuero con mayor relación con la dirigencia política y donde se tratan los casos con repercusión en los medios de comunicación.
No obstante, Comodoro PY ha mostrado con el tiempo ser un ente clientelista que no reivindica la imparcialidad en sus actos. Si el proyecto avanza y finalmente el oficialismo tiene cómo lograr la aprobación, habrá conseguido quitar todo el poder concentrado en Comodoro Py. Este poder fue fortalecido, sin lugar a dudas, por el peronismo quien lo convirtió en lo que es actualmente y que el gobierno de Macri no hizo nada para palear la situación.