Los duques de Sussex, Meghan y Harry, ya están en su nueva residencia en Canadá junto a su pequeño hijo Archie. La pareja busca una vida tranquila, lejos de las cámaras y el estrés de seguir el protocolo. Aunque se libraron de esta última, aún no se pueden despegar de los flashes. Es por eso que Harry pidió algo de calma a la prensa.
Como informó El Intransigente, el monarca de 35 años insistió en demandar a la prensa si continúan difundiendo las imágenes in fraganti de su mujer. De acuerdo a un reportaje de la revista People, la pareja se siente muy bien viviendo “como mortales”. El mismo testigo remarcó: “A los dos les gusta pasar tiempo fuera y han disfrutado mucho haciéndolo. Les gusta hacer yoga, pasear a los perros y a Harry se le ha visto, supuestamente, comprando comida en tiendas locales”.
“Viven una vida tranquila. Van a pasear, hacen yoga y Meghan cocina. Les encanta estar en casa tranquilamente con Archie y los perros”. Al mismo tiempo, otra fuente cercana a la pareja comentó: “Van a pasar muchas cosas en 2020 y tenemos muchas ganas de ver lo que ocurre. Estaremos atentos”. Pero esta semana también se dieron a conocer algunas opiniones de los ciudadanos canadienses sobre la llegada de Markle y su esposo.
Sin embargo, a pocos meses de su estadía en América del Norte, ya resuena en la prensa la posible y primera fisura entre la pareja y los ciudadanos canadienses. Resulta que el 77% de las personas que participaron en una encuesta del Instituto Nanos, a cargo de la televisora CTV, estimó que “el contribuyente canadiense no tiene por qué pagar la seguridad de los duques de Sussex, pues, a su juicio, no están en Canadá como representantes de la Reina”.
Tanto Meghan, Harry y su hijo Archie están residenciados en los suburbios de Victoria, Columbia Británica, en el oeste de Canadá. A raíz de ello, salió a relucir en los medios que la reina Isabel II funge como la actual jefa de Estado de Canadá, es decir, como una monarquía parlamentaria. En este sentido, la encuesta también reveló que el “19% de los canadienses no se opondría a que su país asumiera una parte de los costos de la seguridad del matrimonio”.