Espectáculos

¿Por qué fracasaron los Oscar?

La peor edición en sus 92 años de vida.

El domingo 9 de febrero se celebraron los Premios Oscar 2020. Esta fue la edición número 92 de la entrega de premios más famosa del mundo. A pesar de que se habló mucho de los candidatos, y de que las películas de este año eran excelentes, el evento fracasó en cuanto a cantidad de televidentes. Acumuló solo 23,6 millones de espectadores en Estados Unidos, su número más bajo.

Según dijo El Intransigente, las estadísticas fueron difundidas por la cadena ABC. Así que fue imposible evitar la aparatosa caída de la transmisión en comparación con el año pasado: unas 29,6 millones de personas vieron la entrega, para ser exactos. Mientras que en el año 2018 se registraron 26,5 millones de televidentes. Lo que demuestra que la edición del 2020 presentó su nivel más bajo.

Ahora bien, ¿a qué se debe el desplome de la ceremonia de los Oscar? En primera instancia, todo apunta hacia la poca diversidad en los nominados. De hecho, la actriz Natalie Portman lanzó un mensaje feminista en la alfombra roja. Pues, rechazó la falta de nombres femeninos en la categoría “Mejor Director”. Además, en las redes sociales se difundieron mensajes para “boicotear” la premiación ante la poca inclusión étnica y cultural.

En segundo lugar, la crítica sostuvo no tener a un anfitrión principal también hizo de las suyas. Por segundo año consecutivo, el comité organizador prescindió de un conductor. Pero las actuaciones de las celebridades en el escenario fueron decepcionantes, pese a que algunos hicieron un par de bromas como la actriz Salma Hayek.

Sin embargo, en una ceremonia que se extendió por tres horas y media, sobraron los recuerdos tediosos y los pocos momentos memorables. Aunque fue el director surcoreano Bong Joon-ho y la cinta “Parasite” quienes salvaron por unos segundos la edición de los Oscar 2020, tras ser ganadores como “Mejor Director” y “Mejor Película”, respectivamente.

Desde el año 2014, los números de la ceremonia del Oscar están en rojo. La transmisión de ese año superó los 43 millones de espectadores. A raíz de esa edición, las estadísticas van en caída en los Estados Unidos, lo que podría significar un llamado de alerta para los organizadores de la gala en los años venideros.

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