Diez días después de haber dado positivo en el test de coronavirus, el primer ministro británico, Boris Johnson, fue hospitalizado. Una vocera expresó que se trataba de una precaución, ya que aún tenía síntomas persistentes del virus. Ahora, el gobernante se somete a “pruebas de rutina”, después de haber estado trabajando en casa desde el 27 de marzo.
La realeza le brindó su apoyo. La reina Isabel II fue una de las personalidades que mostraron preocupación por el mandatario. Desde la cuenta oficial de la Familia Real se informó: “Esta mañana la reina le envió un mensaje a Carrie Symonds y a la familia Johnson. Su majestad dijo que estaban en sus pensamientos y que esperaba que el primer ministro se recuperara del todo rápido“.
Por otro lado, el duque y la duquesa de Cambridge escribieron en su página oficial: “Nuestros pensamientos están con el primer ministro y su familia, quienes como muchos en el Reino Unido y alrededor del mundo, son afectados por el coronavirus. Le deseamos una veloz recuperación en este tiempo tan difícil“.
Carrie Symonds, la prometida de Boris Johnson, expresó tener síntomas de coronavirus. Su mayor preocupación es su embarazo. “Pasé la semana pasada en la cama con los principales síntomas del coronavirus. No tuve que hacerme la prueba y, después de siete días de descanso, me siento más fuerte y estoy en plena recuperación. Estar embarazada y tener COVID-19 es obviamente muy preocupante“, había escrito.
La reina Isabel, mientras tanto, está resguardada en el castillo de Windsor, junto a su esposo, Felipe de Edimburgo. La monarca y el duque están aislados por estar en el grupo de riesgo. Además, se han detectado casos de coronavirus cercanos a ellos. El príncipe Carlos sufre de la enfermedad, al igual que uno de los guardaespaldas más cercanos a la reina. Más información en esta nota anterior.