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Volvieron las ferias y el Paseo de Compras: ¿cómo son las nuevas medidas?

Con estrictos controles vuelven las ferias y el Paseo de Compras de manera presencial.

El Paseo de Compras de Productos Catamarqueños, la Feria de Choya y la feria de Plaza 25 de Mayo volvieron a reabrir ayer luego de la fase 1 ante los casos de COVID-19. Ayer siguiendo un estricto protocolo de seguridad, los feriantes pudieron retomar su actividad durante la mañana hasta la siesta. La gente hizo largas filas para comprar verduras, frutas y todos los alimentos que comercializaron los productores y artesanos.

Ante la gran cantidad de personas que se arrimaron a las ferias y con el fin de evitar la aglomeración de personas, la comuna de capital dispuso mayores controles de seguridad para aquellos que ingresaban a los establecimientos. Recordamos que tradicional Plaza de Choya donde se realiza la icónica feria aún se encuentra cerrada debido a que es una obra en recuperación.

En este contexto, los feriantes se mostraron satisfechos por volver a trabajar, dado que la pandemia no se los permitía y el único modo de poder vender es de manera presencial. Sin embargo, se mostró un indebido comportamiento dada la falta de distanciamiento social y el uso del barbijo fue incorrecto.  Por otra parte, los clientes sí respetaron el protocolo, debido a la gran cantidad de inspectores controlando la entrada y tomando la temperatura.

 Desde las redes sociales, las ferias solicitaban encarecidamente que los asistentes cumplieran las medidas: mantener la distancia establecida durante los tiempos de espera, higienizarse las manos y usar barbijo. Además, desde el Paseo de Compras informaron que sólo se permite el ingreso de 30 clientes dentro del predio, por lo que los feriantes pedían que el tiempo de compras fuera lo más breve posible para que puedan ingresar las personas en espera.

Además, aclararon que por seguridad no se permite el ingreso de niños. No se puede consumir alimentos ni tomar mate dentro de la feria, tampoco hubo gente de edad avanzada en los puestos, lo cual demostró cierta concientización. Además, a los trabajadores se les exigió una serie de normas de higiene y seguridad como: presentación de alimentos con empaques cerrados y contar con barbijo, guantes  y alcohol en gel. Cada puestero tenía su propio puesto de higiene e hicieron respetar las medidas prohibiendo a los clientes tocar la mercadería.

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