Información general

1200 bolsas de harina para los presos del Penal de Miraflores

Los controles el Servicio Penitenciario Provincial se reducirá a una pelea por el botín.

Penal de Miraflores

El Penal tiene el aspecto sanitario pendiente pero la cuestión económica también no deja de ser una Caja de Pandora. El Aconquija viene abordando ambas. En esta oportunidad, les comentamos que tenían que llegar 1200 bolsas de harina para los internos del Penal de Miraflores, pero al parecer llegaron menos o bajaron menos. Mientras no haya una auditoria a fondo o no se profundicen los controles el Servicio Penitenciario Provincial se reducirá a una pelea por el botín.

El empresario Raúl Kotler era un gran colaborador del Penal de Miraflores(en particular la panadería) atento a que su hijo Elian era uno de los internos hasta que por una maniobra que tuvo a la justicia del lado del asesino le dio la prisión domiciliaria. Raúl hacia su tarea solidaria a cambio de algunos privilegios para Elian mientras estuvo alojado en Miraflores. Ahora que el niño mimado del sistema se fue a su casa, las cosas cambiaron un poco bastante para los administradores.

La variedad de oficios y los negocios que se puede hacer con la mano de obra barata de los presos no tiene transparencia. Las actividades como la panadería o la herrería, las obras “solidarias” que se están construyendo como la Capilla, los trabajos del taller, la albañilería o la construcción, son casilleros con números que se dibujan pero detrás hay un manejo millonario de recursos poco claro. Por eso la pelea por conducir el Penal de Miraflores.

Por supuesto que la prioridad debería ser sanitaria en todos los ambientes. En el Penal de Miraflores hubo una explosión de casos de coronavirus y sin embargo las medidas aún están lejos de ser las adecuadas. Por ejemplo, ayer El Aconquija publicó que obligaban al personal a usar los mismos ambos antivirus o camisolines cuando son descartables. Los insumos están faltando y el riesgo alcanza tanto a los guardiacárceles como a los internos. También había residuos patógenos fuera de los contenedores.

Asimismo trascendió que tampoco les proporcionan alcohol ni les dan barbijos nuevos. Tras detectarse los primeros casos, se trabajó bajo la modalidad “burbuja” en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) pero en el medio salió eyectado el exdirector Daniel Romero, que hoy es supervisor (ñoqui), y en su lugar tomó posición el prefecto, Guillermo Horacio Galván. Se suponía que las cosas iban a mejorar, pero aquí estamos contando lo contrario.

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