Nos quedamos en la discusión esencial-no esencial luego de que el Gobernador Raúl Jalil confesara que “ya no hay más esenciales”. El Primer mandatario pasó de una semana a otra de marcar la importante labor de los esenciales (eran los héroes) a postergar la vacunación por no esenciales. Por caso, la obra pública sigue siendo prioritaria pero los empleados de Vialidad Provincial viajan como animales, no les dan ropa de trabajo y tampoco fueron vacunados contra el Covid-19.
La improvisación oficial genera desconfianza en los trabajadores que no pueden comprender los vaivenes en las decisiones del COE provincia pues no solo nunca terminan de acomodarse para soportar o sobrevivir a la crisis sanitaria-económica sino que además ven que no se cuida a los empleados viales en tanto y en cuanto se les niega la vacuna contra el Covid-19 exponiéndolos a sabiendas que el sistema sanitaria está al borde o colapsado.
Los viales hace rato piden ser vacunados por el tipo de trabajo que desempeñan y porque viajan de un lugar a otro. Si la obra pública puede entenderse como prioritaria de acuerdo a la política que fijó el gobernador Jalil, resulta incomprensible que no se le haya aplicado la vacuna del Covid-19 para que los trabajadores puedan viajar tranquilos sin poner en riesgo a la propia familia y a los lugares que visitan para desarrollar su tarea.
Trascendió que el interventor del gremio de VP, Pablo Vega, solicitó hace tiempo la vacunación al personal y que incluso se confeccionó una lista, sin embargo hasta la fecha no hubo consideración de las autoridades oficiales respecto a la salud de estos continuos viajeros que se trasladan permanentemente haciendo trabajos a lo largo y ancho de la provincia a solicitud del Primer mandatario por promesas de campaña de obras públicas en los pueblos.
Jalil fue categórico al decir que la obra pública no se paralizará pero se olvidó del personal que realiza esa tarea en medio del frio crudo catamarqueño. Los viales se acostumbraron a viajar como ganado detrás de un camión. Tampoco se cumplió con la ropa de trabajo (pantalón, campera, botines) lo que implica que el descuido de las autoridades es grave. Asimismo, la administración de Vialidad Provincial a cargo de Daniel Moya (que estaría de licencia) tendría algunas irregularidades que preferimos publicar por separado para no desviar el foco de atención sobre el destrato o maltrato que está recibiendo el personal vial.
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