El conflicto en Bolivia no solo afecta en aquel país, sino que todo el mundo esta hablando sobre el tema. En Argentina todo el peronismo mostró su apoyo a Evo Morales, y la mayoría de sus dirigentes catalogaron a la situación como Golpe de Estado. Mientras tanto, el gobierno no tomó un posición y esto genera tensión en su alianza.
Mauricio Macri muestra una postura de mucha cautela ante la crisis boliviana, y no se expresó ante la prensa por el tema. Un sector del oficialismo en el que se alineó el canciller Jorge Faurie y el embajador Normando Álvarez García, afirman que lo sucedido en Bolivia no es un Golpe de Estado. Además, le encuentran una similitud con lo sucedido con De la Rua en el 2001.
Faurie habló en conferencia de prensa y expresó: “La situación en Bolivia es muy complicada y delicada. Deseamos que se preserve el díalogo y la solución pacífica de esta crisis institucional. No podemos decir que es un Golpe de Estado porque no están los elementos para plantear esa figura, ya que nadie asumió el poder“.
La Unión Cívica Radical si tomó partido en este tema y mediante un comunicado expresó: Las tensiones deben resolverse en su marco legal sin injerencias ajenas al poder civil. Cuidar la democracia en el continente implica un esfuerzo por calificarla. No a las trampas! No a las injerencias externas! No al Golpe de Estado! Si al pluralismo, la democracia y la convivencia pacífica“.
Martín Lousteau también calificó a lo sucedido en Bolivia como golpe de estado, y en su Twitter comentó: “Solo más democracia -en todas sus dimensiones-soluciona los problemas de la democracia. No los golpes de Estado. Reclamamos en Bolivia lo mismo que pidió la OEA: nuevas elecciones para que los ciudadanos decidan el futuro de su país“.