Estados Unidos asesinó este jueves al líder iraní Qassem Soleimani, mediante un bombardeo que se realizó en aquel país. Esto desató la furia de los dirigentes de la nación que prometieron venganza contra el estado norteamericano. El guía surpremo, Ali Khamenei, expresó que la “sangre del general no se derramó en vano”.
Según informa El Intransigente, a través de un comunicado publicado por medios oficiales, Khamenei responsabilizó a la “gente más cruel de la tierra” por el crimen del “honorable comandante que luchó valientemente durante años contra los males y los bandidos del mundo”, y continuó: “Su fallecimiento no detendrá su misión, pero los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque del jueves por la noche deben esperar una dura venganza”.
Así, Irán prometió vengarse de Estados Unidos por haber asesinado al “mártir Soleimani quien es una figura internacional de la Resistencia, y todos los devotos de la Resistencia son ahora sus vengadores”. La temerosa afirmación abre un interrogante global sobre cuál será la decisión de Irán en los próximos meses.
Lo que ocurrió en las últimas horas es, básicamente, un tremendo paso del presidente Donald Trump que apenas comenzada la madrugada, logró a través de sus fuerzas militares, bombardear y matar a quien es el hombre más importante de la milicia de Irán, Qasem Soleimani, el creador de Hezbolla, Hamas y uno de los principales hombres que dieron inicio al Estado Islámico.
Su deceso se confirmó en las últimas horas junto a otras siete personas tras un bombardeo en alrededores al aeropuerto de Bagdad, la capital iraquí. El ataque contra un convoy fue ordenado por el Gobierno de los Estados Unidos, según confirmaron sus propias autoridades. Así, se terminó con la vida de una de las personas más importantes del ejército terrorista iraní.
La muerte de Soleimani ocurre mientras escala la tensión entre Irán y Estados Unidos en Irak ya que el último martes, miembros del Hezbollah iraquí atacaron la Embajada estadounidense en Bagdad, ocasionando graves daños al edificio y pidiendo. Ahora, apenas unos horas atrás, a Trump sólo le alcanzó con tuitear una bandera de Estados Unidos: otra victoria más, otro paso rumbo a la Casa Blanca, nuevamente.