Opinión

Lo que deben soportar los “ñoquis” del Estado

Los problemas continúan en el peronismo andalgalense.

Ñoquis

Un amigo solía decir que prefería ser mal pensado y que en todo caso la gente le demuestre lo contrario. En política las cosas son más o menos así hoy. El juego puede ser tan sutil que una acción que parece un error en realidad puede ser una equivocación buscada adrede. En Andagalá la designación de nuevos ñoquis le dio ribetes novelescos al peronismo donde ya no se sabe quién hace de bueno y quién encarna a la malvada.

Sabido es que el gobernador Raúl Jalil decidió negociar directamente con los jefes territoriales (intendentes) sean radicales o peronistas, inútiles, atorrantes o delincuentes con causas pendientes en la justicia. De manera que el peronismo local permanece atormentado por esa decisión de Raúl (primer actor de la novela) que condiciona el armado local porque entiende que los demás dirigentes peronistas son actores de reparto, incluso no es necesario que participen para que tenga sentido la trama. Igual en Belén.

Para que quede claro porque no todos ven novelas, está el protagonista principal, los actores secundarios y recién vienen los actores de reparto. En otras palabras, el peronismo del interior fue abandonado y muchos peronistas están despechados. Es que su lugar fue ocupado por actores secundarios, amantes de zapatos y perfumes caros que por supuesto paga el galán rico y lindo que mantiene la aventura.

No olvidemos que esta es una novela política, por lo tanto los privilegios de “la otra” no son más que sueldos gratis para hacer de dama de compañía solo cuando haga falta. La molestia es porque trascendió que Juan Guerrero, Gustavo Álvarez y Daniel Farroni consiguieron su Punto índice, ex concejales, empresarios y funcionarios de la era pereísta que se alzaron con la billetera, supuestamente cuando el cliente dormía. El desliz enfurió a “la patrona” que pensaba solo en comprar adornos para la casa.

El peronismo andalgalense está convencido que se trata de un error pero, si es verdad que Raúl acuerda todo con el intendente radical Eduardo Córdoba, las designaciones de Guerrero, Álvarez y Farroni pueden haber sido a propósito para debilitar internamente al PJ puesto que el divorcio en estos departamentos mineros es inevitable, una cuestión de tiempo. Si así fuera, el justicialismo del interior estaría durmiendo con el enemigo (su propio conductor). De novela.

Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija

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