Volvió el intendente Francisco Gordillo y deslizó “sin querer queriendo” que Alba Morales se patinó 15 millones de pesos. Según Gordillo, él dejó las cuentas ordenadas pero la edil que estaba a cargo de la municipalidad liberó cheques indiscriminadamente que comprometieron las finanzas de la comuna pomanista. O la mujer es una irresponsable y no debe volver al Concejo Deliberante (algo de eso hay) o Francisco quiere manchar a la concejal buscando redimirse de su mala experiencia en Educación volviendo como el “salvador”.
Si falta y se gastó mal en la municipalidad debe iniciarse una investigación inmediata para deslindar responsabilidades. No es plata de Francisco ni de Alba sino de los pomanistos. No puede Gordillo lanzar tamaña acusación y no formalizarlo en la justicia. Si no lo hace, el sujeto miente con la intención de manipular la opinión pública y “cortarle las alas” a Alba que estaba sumando adeptos y ganando simpatía (había sabido tener cosquillas Francisco).
Decir que faltan 15 millones sin denunciar en la justicia lo hace cómplice. Pero tal vez lo único que se busca es dejar pendiente la chicana del faltante para la próxima campaña electoral. Una factura hecha para Alba si decide sacar los pies del plato y aventurarse en nuevo armado opositor.
Así es, la política da para todo o el que se meta en política tira la honra a los perros. Se disparan las especulaciones. Machar a alguien solo porque podría hacer camino propio es jugar sucio, pero la política no tiene reglas o en política está todo permitido. Hasta los mafiosos tienen códigos, muchos políticos –por no decir la mayoría- no. Ensuciar a otro compañero para lavar la imagen es un golpe bajo con consecuencias impredecibles.
Imaginemos a Alba contando las intimidades del poder en Pomán, los favores que le habrá pedido Francisco. La edil tampoco puede mantenerse en silencio ante tan grave acusación. Francisco afirmó que dejó las cuentas en orden. Hace más de 20 años que es intendente de Pomán y todavía necesita ayuda de Provincia para pagar los sueldos y aguinaldo. En poco más de dos décadas no pudo equilibrar las cuentas y mejorar el sueldo de los municipales y becados que son catamarqueños pobres e indigentes gracias a estas gestiones exitosas, ininterrumpidas, de dirigentes que saben cómo mantener a la gente muerta de hambre casi toda su vida.
Francisco volvió, pero no quiere volver así nomás, necesita volver como el redentor, el protector, el benefactor. Quiere redimirse del fracaso como ex ministro de Educación mancillando a una mujer que al parecer cometió el error de hacerle sombra. Tantos años en el poder hace que la familia Gordillo se crea dueña del pueblo, es muy común por ejemplo ver a la familia del Intendente en la camioneta de la municipalidad. “Pancho” está en el gobierno hace 21 años y va para los 25. Planifica festejar las “bodas de plata”, se casó con el poder en el 99.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.
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