Opinión

Lucía Corpacci intendenta, Gustavo Saadi gobernador

La interna jalilista-corpaccista no es nueva. Es una relación de amor y odio

La interna jalilista-corpaccista no es nueva. Es una relación de amor y odio condicionada por el contexto y las oportunidades. El punto es que Raúl Jalil no está midiendo bien y busca siempre despegarse de la sombra de Lucía Corpacci. En caso de que la tensión sea profundice, el sector de la exgobernadora podría reinventarse en una estrategia inesperada: ella candidata a intendenta de la capital de Catamarca y Gustavo Saadi candidato a gobernador. Especulemos con ellos.

La convivencia oficial ha sido como dormir con el enemigo. Se elogian mutuamente pero se miran de reojo. La confianza está menguada, es que con el “Turco” nunca se sabe. El Primer mandatario necesita afianzar su poder, pero las encuestas no lo ayudan. Quiere legisladores jalilistas así como Lucía Corpacci tuvo sus legisladores corpaccistas. Sueña con salir de la amenaza y hacer prevalecer de una vez por toda su impronta. Tiene la lapicera pero no tiene la conducción, el liderazgo.

Lo cierto es que hay muchos enojados. Las medidas oficialistas tanto económicas como sanitarias no convencen a la sociedad. Aquí aparece el diputado peronista díscolo, Hugo “Grillo” Ávila, que ha sabido capitalizar ese enojo y se presenta como oposición desplazando a los radicales que no pueden ni siquiera lavar los trapitos sucios en casa. Justamente la idea de continuidad en el poder de Jalil es que no haya oposición.

Lucía Corpacci tiene más llegada “arriba” (Nación) y sigue siendo presidenta del PJ Catamarca. Tuvo la suerte de que la gente no la asociara con la corrupción estatal de sus ministros aunque nada se movía sin su firma. Era una gobernadora con buena imagen y una gestión entre mala y mediocre. Ella tenía el carisma que, en muchos casos, es más importante para la comunidad que la visión de futuro o la transparencia en la administración de los recursos.

Por su parte, el problema del gobernador es político, su forma de construir y sus colaboradores. Raúl no escucha y los ministros no la ven. La apuesta es hacer la diferencia electoral con “grandes obras”, “históricas”, “transformar” definitivamente Catamarca mientras la gente pasa hambre y tiene necesidades urgentes del día a día que no son atendidas. Por eso la gente le hará pagar los costos de la pandemia al oficialismo. Se espera que el mismo peronismo vote en contra del gobierno.

Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.

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