La foto de Luis Barrionuevo vacunándose con la Sputnik V en Catamarca cuando podría haberlo hecho antes en Buenos Aires es un todo un mensaje. Llegó para dejar en claro que el pacto que tiene con Raúl Jalil está vigente, que es un animal de la política y que como tal siempre es candidato, que es una de las 4 patas del PJ local, que si Lucia Corpacci arma sola podría prestarle el sello de 3P al Gobernador y que hasta “metió la cola” en la atomización de la UCR.
Es increíble todo lo que puede decir una foto. Expresar con una imagen en plena pandemia a poco de una elección cuando ya no se pueden mostrar los rostros y los gestos por el uso del barbijo es el gran desafío de los políticos contemporáneos. En una humorada ayer decía que por primera vez vacunaban a Barrionuevo porque siempre era él el que vacunaba a los demás, más tarde comprendí que el viejo zorro en realidad se dejó vacunar y, lo más importante, por qué.
Vamos por parte. Con su breve paso por Catamarca, Barrionuevo revalidó su espacio político llamado Tercera Posición (3P) al mismo tiempo que mostró que el pacto que tiene con el Gobernador y empresario catamarqueño está más vivo que nunca. Como parte de ese acuerdo, su sobrino Maximiliano Mascheroni será confirmado por Raúl Jalil en los próximos días al frente del área Deportes de la Provincia.
Un par de apostillas antes de seguir. Al almuerzo selecto que ofreció Luis en el Predio de los gastronómicos fueron el ministro de Gobierno, Jorge Moreno y el coordinar político, Nicolás Verón, hombres de extrema confianza de Jalil. También estuvo el arquitecto y actual funcionario provincial, Alberto “Abeto” Barrionuevo. En medio, Luis habló por teléfono con dirigentes políticos y miembros de la justicia catamarqueña.
A nivel nacional, Barrionuevo parece haber establecido una “tregua” con la ex presidenta Cristina Fernández. Entretanto trabaja en la misma línea de Graciela Camaño y Juan Manuel Urtubey para llegar a los ciudadanos que quieren huir de los extremos en pugna (kirchnerismo y macrismo). A la vicepresidenta de Alberto parece que también le interesa no discutir más -o tanto- con el líder gastronómico.
En las notas que dio a la prensa de Catamarca, Luis Barrionuevo le dio un espaldarazo al Gobernador. Se trata del necesario acompañamiento o tranquilidad que Jalil necesita para gobernar consciente de ser una de las 4 patas del PJ catamarqueño (Jalil, Corpacci, Barrionuevo, Gustavo Saadi). Específicamente Luis dijo que Raúl está haciendo medianamente lo que él quería hacer y que lo ayuda en todo lo que puede.
No sorprendería que el líder gastronómico hubiera mediado “arriba” para concretar el famoso “Pacto de Ipizca” en el Este provincial; cuando se juntaron el actual Gobernador peronista y el senador radical Oscar Castillo. De hecho, la oposición hace mucho ruido pero no pasa nada. Ahora, la frutilla del postre. Siguiendo un esquema nacional, el peronismo de Catamarca podría ir dividido en una ingeniería electoral para quedarse con todos las bancas de senadores. En esa línea, Castillo podría hacer un “renunciamiento histórico” para no renovar como senador y bajarse para pelear la diputación, asegurada por la minoría.
Volviendo al pacto del Gobernador y el gastronómico, Raúl podría ser candidato por el partido de Luis (3P) si la ex gobernadora y actual diputada nacional Lucía Corpacci decide cortarse sola con un armado independiente al jalilismo en toda la provincia. Recordemos que ella sigue siendo la titular del PJ local. Esa posible jugada corpaccista sepultaría a Raúl en términos políticos electorales (y el “Turco” lo sabe). Semejante escenario desfavorable se convertiría en una enorme necesidad política de Jalil (y Luis lo sabe).
Ahí enganchamos con las aspiraciones políticas de Luis Barrionuevo. Con la foto vacunándose, Luis está diciendo allá (en Buenos Aires) laburo o gestiono pero yo tengo domicilio en Catamarca; aquí salgo en los padrones electorales; aquí voto, aquí me vacuno, yo soy catamarqueño. Pero ¿candidato a qué? No se sabe aún, lo definirá en su momento con el Gobernador en el marco del mencionado pacto. Mientras tanto, lo que hizo con su paso por Catamarca políticamente se conoce como “orinar la pared” o “marcar la cancha”.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija
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