Los corralones están preocupados porque el intendente Rafael Olveira está sacando fiado y no sabe si va a ganar en Los Altos, es más, la tiene bastante complicada. Si bien en cada elección pasa más o menos lo mismo, hay que andar después muchos meses para cobrarle al Estado, en esta oportunidad está el temor de que la deuda se transforme en un ”muertito” como le llaman en el barrio a los incobrables. Se trata de material que se entrega en la recta final de las PASO 2021.
Ya sabemos que al intendente le da un ataque de solidaridad en cada contienda electoral y que esa promesa se hace realidad días antes de la elección, por supuesto eso no tiene nada que ver con subestimar al votante. Pero, los tiempos han cambiado. Entregar bolsones y materiales no es garantía de que los electores votarán al “benefactor” en las PASO 2021. Capaz reciben y te meten un voto en contra. Los votantes no solo usan a los políticos en campaña sino que creen que es poco.
El punto es que para acceder a la dádiva hay que presentar “certificado de escasos recursos” con 2 testigos en la policía, más el presupuesto que deben pedir en algunos de los corralones del lugar y finalmente fotocopia del DNI. Para sacar el “formulario de pobre” se debe adquirir la fotocopia en un kiosco cercano que tampoco da abasto. Con tanta demanda, el dueño tuvo que comprar varias resmas de papel. Vende más formularios olveirista que cigarrillos, cerveza y caramelos.
La estrategia es dar vuelta la elección en los últimos días a fuerza de dadivazos. Es que, a lo largo de 12 años, se le acabaron los argumentos creíbles a Rafael Olveira. No puede mencionar que hará obras en esta contienda electoral de las PASO 2021 porque el pueblo sigue estancado y las obras fantasmas (facturadas y no realizadas) es crítica opositora. Más de una década mintiendo se te acaban las mentiras, ¿qué haces? Entregar materiales y bolsones como rey mago que encima sacó el Quini 6.
Muchas veces Rafael prometió tapar los baches de las calles y no solo que no los tapó sino que están más grandes. El intendente no puede hablar de las calles porque los baches crecieron. Para peor la pandemia puso sensible a la mayoría. Pero los empresarios son empresarios y poco y nada les importa la política o quién gane, a no ser que el gobierno les deba plata. Esa incertidumbre les quita el sueño a los dueños de los corralones. Es que Rafael dice “alegremente” que va a ganar pero tiene cara de “preocupación”.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija
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