A una semana de las elecciones, se destapó una feroz interna en el poder político de Valle Viejo. La telenovela involucra al secretario de Gobierno, Rolando Contreras, y al candidato a concejal, Franco Iramaín y atraviesa a la intendenta Susana Zenteno. El duro cruce entre los mencionados expuso la fractura oficialista que puso en tela de juicio el destino final de recursos de la municipalidad y la inoportuna especulación sobre la continuidad (o no) de Zenteno.
El escándalo en las filas susanistas es mayúsculo, por eso no se lo pudo ocultar hasta después de las elecciones de noviembre. Iba a saltar igual ante la menor ocasión o provocación. Si la acusación que pesa sobre el funcionario municipal fuera cierta, el Dr Contreras estaría operando por doble partida o en dos sentidos. 1) Destruir la base zentenista estando dentro (Caballo de Troya) y 2) Instalar paulatinamente a la sucesora de la actual intendenta.
Una cosa más en esta inesperada y anticipada disputa interna del zentenismo. La sospecha de que el abogado estaría destinando recursos del Estado municipal para promover la candidatura a concejal de su esposa en la capital de Catamarca descuidando Valle Viejo, es decir, no solo respondiendo a intereses “ajenos” al armado chacarero sino incluso trabajando “en contra” de la jefa política local en una suerte de negociación con dirigentes provinciales por la “sucesión”.
El escenario es de convulsión, al punto que Iramain lo señala como responsable de destruir al peronismo zentenista de Valle Viejo y de proteger radicales. En las quejas de los dirigentes del núcleo duro de Zenteno se llega a afirmar que el doctor Contreras opera para instalar “figuras” femeninas (como Laila Saleme y Silvana Ginoccho) para suceder a Susana, aprovechando el esquema y el fortalecimiento propio del cargo que le confió la intendenta chacarera. Para refutar las acusaciones, Contreras le refregó en la cara a Iramaín que el ex prensa de Lucía Corpacci es candidato a concejal en Valle Viejo gracias a él o porque lo aprobó.
La traición es una cuestión de fechas y quién lo padeció en carne propia fue Fernando Ravetti. El poder no corrompe, solo muestra a la gente como es cuando tiene poder. Las dudas sobre la lealtad de Contreras estaba ya cuestionada y ahora se exacerba nada más que a otro nivel de especulación. Se cuestiona la finalidad política última del abogado y se recuerdan acciones y decisiones del secretario de Gobierno que no parecen ir acompañando la gestión Zenteno.
El punto es, si Susana cree o no en estas especulaciones políticas, clave para la continuidad o alejamiento de Contreras de la Secretaria de Gobierno. El dilema es que, tal vez no sea más que chimento o versiones de pasillo propio de la efervescencia de las elecciones, maquinado incluso desde el propio zentenismo para socavar a uno de los hombres fuertes del Gobierno municipal y eyectarlo. Por el contario, también es cierto que el fortalecimiento de Contreras podría ser el final de Zenteno aún contando con la versión anticipada dos años antes. Yo te dije.
Por Juan Carlos Andrada. Especial para El Aconquija
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