La sociedad de Los Altos está conmocionada. En medio de una transición caliente, hoy la policía allanó los domicilios de funcionarios que tuvieron mucho poder durante la administración de Rafael Olveira. Sin embargo, el procedimiento se hizo mal o es cuestionable. Se filtró dónde se harían los allanamientos, lo que les dio tiempo de sacar las cosas o irse del domicilio. No fue sorpresivo sino anticipado ¿Torpeza del fiscal y/o complicidad del comisario Castellanos?
Los allanamientos se hicieron en base a la denuncia que materializaron los concejales Néstor Montalván y Carlos “kiki” Olveira. Se debían hacer en los siguientes domicilios: La casa de Francisco Antonio Romero, chofer y secretario del intendente, transportaba documentación de la municipalidad a las reparticiones provinciales. El domicilio de Guadapule Manito, esposa de Jorge Luna, ambos pertenecientes al área de Hacienda, por comprobantes de pago de usura tucumana.
Asimismo, la casa de Diego Córdoba, a cargo del control de transporte y áridos, por herramientas del taller. También en el domicilio de Blanca Varela, por documentación y computadoras. Además, un galpón de Andres Brozzoni, secretario de Obras Públicas por material y herramientas y el taller de Ricardo Lucena donde se esperaba encontrar máquinas y herramientas del municipio de Los Altos.
Fueron 12 años de impunidad que se terminan el próximo 10 de diciembre luego de que Olveira perdiera las elecciones frente a Raúl Barot con un armado local peronista-radical. Trascendió que el intendente Olveira lo llamó (molestó) al gobernador Raúl Jalil y al ministro Jorge Moreno para pedirles que paren los allanamientos. Lo que no se pudo saber es qué le contestaron o si la respuesta fue que los allanamientos quedarían en una puesta en escena. ¿Cómo encontrar algo si son tan “obvios”? ¿Qué fiscal o policía puede dar con cosas robadas si adelanta que en un rato pasan por ahí? ¿No correspondería una investigación interna para saber quién filtró información?
Una pena que se haya procedido sin profesionalidad o tal vez la torpeza haya sido adrede para tirar abajo las denuncias que se vienen haciendo en torno al desmantelamiento de la comuna. Una forma insana de ponerle un “coto” político y judicial al arco opositor que denuncia actos evidentes de vandalismo por parte del olveirismo en retirada y que tiene a todos los vecinos por testigos. Algunos siguen creyendo que lo mejor es cerrar los ojos y no mirar cuando la realidad es muy dura.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.
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