Raúl Jalil y Adhemar Bacchiani son personajes con similitudes y diferencias. Respecto a lo primero, se podría decir que a ambos les gusta mucho la plata y los lujos, todo es nivel 1, de alta gama, exótico o excéntrico. Les encanta jugar a “quién la tiene más larga” y, la clave tal vez esté en las diferencias entre el actual Gobernador de Catamarca y el mediático titular de Adhemar Capital. ¿El “Pelado” Bacchiani es competencia para el “Turco” Jalil? ¿O un posible aliado tal vez?
En particular no creo que Jalil y Bacchiani sean amigos o enemigos, eso depende de las circunstancias o los intereses, no olvidemos que son “esencialmente” hombres de negocios. Aquellos funcionarios “preocupados” por la reacción del gobernador ante un fenómeno mediático como el “Pelado” Bacchiani, no conocen realmente a Raúl. Edgar está más cerca del mandatario catamarqueño que sus alcahuetes más íntimos. Es simple, hablan el mismo idioma (money).
El problema es cuando Bacchiani quiere hacer política creyendo que la plata compra todo. Así, cuando dijo que quería ser gobernador de Catamarca pocos lo tomaron en serio. Para la mayoría, las expresiones del Pelado fueron porque respira o está vivo y, sobre todo, porque tiene muchos dólares. La impunidad que da el dinero para decir cualquier cosa, pero que no alcanza cuando se trata de objetivos de esta naturaleza o calibre.
A Bacchiani le da la cabeza para los números, pero no le da la cabeza para la política, para el juego de la política. No es algo que se produzca por ocurrencia tras unas copas del mejor champange, sino una formación que incluye principalmente experiencia en terreno. Por tanto, el Pelado no representa ningún peligro en ese sentido para el Gobierno. El drama o el quid de la cuestión es que Bacchiani decida poner algunos millones en la oposición o para algún candidato potable. Lo ideal sería que la ponga en el oficialismo. Por eso digo que, no es ni amigo ni enemigo de Raúl Jalil. Agrego también que, aunque el Pelado la halaga en público y en privado a Lucía Corpacci, no la veo a ella sumándolo al espacio.
De manera que Edgar es un niño al lado del Turco Raúl. El nivel de traición comprobada del Gobernador hace parecer un novato al pobre Pelado. El mandatario se compra y se paga a sí mismo (Corporación Jalil), lleva años haciendo negocios con el Estado y haciéndose rico. Mientras tanto, Bacchiani hoy está asfixiado y se debate entre pagar y dejar un tendal de inversores arruinados con la financiera Adhemar Capital. Si consideramos que, lo más importante que tiene un político es la “credibilidad”, Edgar cambiando las reglas de juego a los que confiaron en él, más la demora en los pagos, sale perjudicado en su “carrera política”.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.
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