El personal femenino del Servicio Penitenciario Provincial se queja del maltrato que recibe

Tanto insistir con la Ley Micaela y al final, el Estado hace lo contrario maltratando al personal femenino del Servicio Penitenciario Provincial (SPP). Las trabajadoras se comunicaron con El Aconquija para visibilizar su situación. Resulta que el nuevo director, Mario Coronel, no les dirige la palabra solo por su condición de ser mujeres y únicamente se comunica con los superiores de cada sector.

“Desde que puso un pie en la cárcel solo pretende hablar con os superiores y que el personal femenino se dirija con el Sr. Subdirector, Véliz Sergio. El mal estar que provoca con las femeninas en la unidad carcelaria es horrible. Cada vez que hace el recorrido por la unidad 2 no dice ni bien día, solo se dirige a la femenina para que llame a su superior”, denuncian desde el Servicio Penitenciario Provincial.

Otro de los mensajes señala: “La primera vez que se hizo presente, la compañera le abrió el portón y él le cuestionó por qué si sabía quién era. Obvio que sabemos, es nuestro deber saber quién es la máxima autoridad. El fin de semana llegó a la unidad 2, maltrató y denigró a todas las femeninas que estaban de guardia. Las chicas llamaron a la jefa de unidad para que fuera y las defendiera”.

Según agregaron, el director estaba “sacado y hablaba de forma despectiva hacia la oficial que se encontraba de guardia”. La jefa de la unidad defendió a las femeninas y por este motivo, le notificaron que la cambian de destino. “Las femeninas estamos cansadas de ese abuso por parte de este señor, por eso solicitamos que el ministro (Aguirre) nos escuche”, remarcaron indignadas por la situación.

La respuesta de las autoridades

“Alguien debe escucharnos y defendernos de los tratos denigrantes. Minimizar a una mujer es violencia, más en el contexto de trabajo. Siempre el uniformado debe agachar la cabeza y eso no es así, tenemos derechos, somos personas. Ayer las femeninas intentaron hablar, decían que era una injusticia como estamos siendo tratadas y la respuesta fue que tenemos que acostumbrarnos a las injusticias”, finalizan las trabajadoras del Servicio Penitenciario.