En muchas provincias a lo largo y ancho del país la presentación de la Feria del Libro representa un momento cultural muy importante. Pues ese no fue el caso en Catamarca. Lo que se veía a simple vista era la poca concurrencia de gente al evento durante los días que estuvo presente y la escasa promoción por parte del Gobierno de la Provincia del evento.
Además, los precios de los libros y otros productos que se podían comprar en la feria eran demasiado caros teniendo en cuenta el salario del ciudadano común, por lo que no se vendió casi nada. Esto sin mencionar que la situación económica argentina no da para hacer un despilfarro grande de plata. Se realizó en el Predio Ferial, lugar bastante alejado del centro de la capital.
Es importante el tema de la distancia del predio, porque la accesibilidad se tornaba muy difícil. Si usted quería tomarse un taxi, éste no le iba a salir menos de $200. Y esto sumado al paro de colectivos y el Estado que no ofreció líneas alternativas de transportes, terminó generando poca expectativa por la Feria del Libro 2019.
Y como para agregarle más tensión al tema, se cruzaron dos personas ligadas a la organización del evento. Uno, ligado al arte como lo es el escritor Eduardo Aroca, y el otro, parte del Ministerio de Cultura, Germán Scolamieri. Y es que el escritor criticó duramente cómo fue llevada a cabo la feria y la poca repercusión que tuvo.
Ante esto Scolamieri le respondió, básicamente, que si para Aroca no era un evento a la altura culturalmente hablando, se lo había hecho desde el esfuerzo y “poniendo el corazón”. Dando a entender también que el ciudadano común, aquel que está fuera del ámbito artístico, lo disfrutó y mucho. Anécdotas que dejó una edición para el olvido.