Un suceso lamentable se dio en la localidad de Chumbicha de la provincia de Catamarca. El director del hospital de esa localidad, José Soria, fue desplazado de su cargo por realizar quejas por las falencias del establecimiento. Ramón Figueroa Castellanos, ministro de Salud, fue quien lo obligó a renunciar.
Soria asumió como director del Hospital de Chumbicha hace muy poco tiempo. Al ejercer el cargo, éste denunció ante las autoridades la falta de insumos que sufría la institución. Falta de personal y de ambulancias fueron algunas cosas que el director expuso ante el ministro del área a nivel provincial. Ante esto, y en una actitud condenable, Figueroa Castellanos le pidió la renuncia.
Lo insólito es que sólo una semana duró Soria en el cargo. El doctor elevó las quejas ni bien asumió el cargo. Los directores que conservan su cargo lo hacen por el simple hecho de acatar órdenes y para conservar su lugar. Tal como lo hacía Herbert Quispe Dueñas en Chumbicha, quien se vio obligado a dejar el cargo debido a la presión social.
Asimismo, se deja de lado las condiciones del área de Salud con tal de mantener el lugar de trabajo. Por lo que todo termina resumiéndose en el aspecto económico. Resulta indignante que ante la falta de profesionales en el sector sanitario se prescinda de los que están ejerciendo de esta manera. Porque tampoco se están tomando a nuevo personal en los hospitales.
Por otra parte, cabe destacar el servicio de derivación constante implementado en el interior de la provincia. Muchos hospitales y centros de salud derivan pacientes a la capital debido a la falta de insumos que denunció Soria. Por lo que a la crisis sanitaria se le suma el autoritarismo por parte de las autoridades del Ministerio de Salud.