En medio de la crisis económica que afecta no solo a la provincia de Catamarca sino a todo el país, los escándalos de malversación de fondos se hacen cada vez más regulares. En este caso, es el turno de la Corriente Clasista y Combativa de Catamarca, la cual no puede explicar dónde están los emprendimientos que se suponía tenía que llevar adelante con los fondos y las herramientas públicas otorgadas. Mientras esto ocurre ante las narices de los empleados judiciales, la Justicia sigue inactiva.
El Aconquija ya había advertido sobre el accionar de la CCC con anterioridad y expuso que, además de manejar fondos públicos, se quedaban con dinero que debía ser entregada a las personas que reciben planes sociales. Así, además de quedarse con entre $500 y $1000 del total de $8000 que reciben los planeros, también los obligan a participar de las acciones políticas que lleva adelante la agrupación, de lo contrario les niegan el beneficio.
En esta ocasión, se hace punta pie en los emprendimientos productivos que la CCC debería haberse hecho cargo con los fondos entregados pero que, en la actualidad, no existen. Los responsables de este hecho son Vanesa Titos y Gonzalo Acosta, ambos dirigentes de la agrupación social. Sin embargo, a pesar de estos proyectos fantasmas, la justicia muestra poco interés en aclarar el destino de los fondos públicos e ignora las denuncias públicas que lo evidencian.
Ante un sistema judicial tan cuestionado por la sociedad, por su ineficacia y lentitud, los judiciales parecen estar ajenos a esta realidad y solo interesados en que se apruebe el Presupuesto para el próximo año, resguardando así sus sueldos. Lo que se expone, incluso desde las agrupaciones sociales y políticas de la oposición es una naturalización de la malversación de fondos, o como Ricardo Rodríguez, un exdirigente social cuestionado por lo mismo, lo llama, los usos y costumbres de la política.
Mientras tanto, la CCC continúa utilizando fondos para los más necesitados y manipulando a las personas más vulnerables para sus propios objetivos políticos, que hoy pueden ser estar en contra de determinado gobierno pero que, tiempo después, puede ser alinearse con esas autoridades que antes se criticaba. El motivo del cambio, el nombramiento de los dirigentes sociales dentro de la gestión.