Una serie de nuevos conflictos se suman al ya golpeado sector de la salud en la provincia de Catamarca. En este caso, se expuso la precarización y falta de capacitación de los choferes de ambulancias, quienes, en muchos casos, son empleados municipales y no cuentan con la correcta autorización. De esta forma, ante un accidente de tránsito, los primeros en quedar tras las rejas, por lo menos hasta que se complete la investigación, son ellos.
Al tema de la falta de mantenimiento de las ambulancias ahora también se suma la irregularidad de sus choferes. Si bien cumplen la función de conductores, incluso cuando no lo son y no trabajan para el Ministerio de Salud de la provincia, estas personas no cuentan con la cobertura que le corresponde a dicho puesto y cobran por turnos, un hecho que se da al no encontrarse nombrados como choferes.
Este problema esconde otro de fondo, la falta de coordinación entre los municipios y el Gobierno provincia, el cual debe garantizar el correcto funcionamiento del Ministerio de Salud provincial. Lejos de cumplirse con esto, al alertar los faltantes en el sector de la salud, desde los municipios se empiezan a improvisar soluciones y una de ellas fue la de precarizar empleados para que cumplan cualquier tipo de responsabilidad en cualquier parte del esquema de trabajo en salud.
Así, ante un accidente de tránsito salen a la luz las irregularidades y se lo hace responsable al chofer. Tal fue el caso en Belén, cuando por esquivar un animal, una ambulancia cayó de un puente, produciéndole lesiones a una menor y su madre. El conductor, no autorizado para esas tareas, fue señalado como responsable hasta que la Justicia finalice con la investigación.
Un caso similar ocurrió con una ambulancia que iba de Tapso a la capital catamarqueña por una emergencia y fue detenido en uno de los puestos de camioneros al ingreso de la ciudad. Allí, fue demorado al demostrar que no tenía carnet habilitante, ya que era un empleado municipal y no del Ministerio de Salud. Frente a esta realidad, los propios choferes son quienes ahora ponen reparos antes de salir a la ruta a cumplir con funciones para las que no están capacitados porque, si bien necesitan el dinero, no quieren quedar presos.
Asimismo, los conductores se quejan de la falta de mantenimiento de los vehículos, los cuales, en muchos casos, presentan desde cubiertas y tren delantero destruidos, hasta problemas con la luces. Ante esta realidad, dejaron asentado en la comisaria que solamente atenderán los casos de extrema urgencia y, de los contrario, no circularían con esas ambulancias. Con el servicio de transporte de pacientes cada vez en peor estado, ya comienza a resonar una posible solución: la tercerización del servicio y la empresa que más resuena es Vital, perteneciente a la familia del gobernador electo Jalil.