Un inesperado episodio tuvo lugar en la provincia de Catamarca. Después de que un policía de civil cumpliera con su deber e inmovilizara a un delincuente, los vecinos de la cuadra salieron a defender al joven. Resguardándose detrás de los derechos humanos, una de las mujeres de la cuadra le llamó la atención al uniformado por estar arrestando a un joven. Del lado de la fuerza no hay más que indignación.
El hecho ocurrió cuando un delincuente de corta edad rompe el candado de ingreso de la puerta de una de las casas de la cuadra e ingresa a la parte delantera de la vivienda con intenciones de robar una moto que se encontraba allí estacionada. Mientras el joven llevaba adelante su maniobra, un policía de civil, de apellido Castro, que pasaba por el lugar lo avistó y se propuso cumplir con sus funciones, aun cuando no se encontraba en servicio.
Así fue que el policía descendió de su vehículo, en el que se trasladaba con su familia e inmovilizó al delincuente. Acto seguido, dio aviso a la Comisaria 4ta, en el Barrio 144v.v Norte para que acudieran y detuvieran al delincuente. Sin embargo, la reacción de los vecinos no fue la que esperaba este uniformado, quien en todo momento se dispuso a cumplir con su deber.
El uniformado fue apedreado por los vecinos de la cuadra. De hecho, una mujer salió a cruzarlo verbalmente y le pidió que dejara al joven, destacando su corta edad. Incluso, según trascendió, le ofreció agua fresca. Según ella misma explicó, la manera de resolverlo sería hacerle una visita a sus padres y no dando intervención a la policía o castigándolo por el delito que estuvo a punta de cometer.
Esta reacción sorprendió a los policías y los puso en una posición incómoda. No entendieron por qué los vecinos no querían que ellos cumplieran con su deber . Es decir, las fuerzas de seguridad son denunciadas por no cumplir con su rol social pero, al mismo tiempo, son cuestionadas porque sí lo hacen.