La cuestión de los precarizados significa un tema pendiente en la agenda del gobierno que viene. Los becados son muchos en el municipio y también en la provincia, estuvieron haciendo guardia frente a Casa de Gobierno, pero fue en vano ya que las autoridades ya se fueron, y decidieron no trabajar más, hasta el traspaso de mando. El gobernador a asumir es Raúl Jalil, antiguo intendente, que está al tanto perfectamente de esta problemática. Considerando que al municipio le fue imposible absorber a todos los becados, por falta de presupuesto, y porque la Carta Orgánica los imposibilita, Raúl deberá ver cómo resolverá el tema en la provincia.
Ya hubo pedradas, vidrios rotos y demás incidentes por el tema. El nuevo intendente, Saadi, deberá hacerse cargo del problema en el municipio. Hay que considerar además, que cada ministerio tiene sus becados, y en muchos casos, esas personas están hace muchos años prestando sus servicios. La precarización laboral representa a la inseguridad e incertidumbre, es la falta de garantía de condiciones socieconómicas mínimas y suficientes para que una persona viva dignamente.
Estas personas no están obteniendo una respuesta de su situación y necesitan trabajar con un sueldo seguro y fijo. Muchos de ellos trabajaron en las elecciones, con la promesa de obtener un puesto en plantas permanentes, o en donde los dispongan, pero esto no ocurrió. Vieron como ministros y personas de poder ponían en puestos a familiares y a amigos, mientras que ellos seguían sin nada. Un claro ejemplo es el caso de Eduardo Menecier, el ministro de Desarrollo Social, que no se hizo cargo de los becados, pero sí se encargó de que toda su familia esté bien acomodada, y de ganar las elecciones en Paclín, a raíz de muchas dádivas y beneficios, del ministerio a esa comunidad puntualmente.
Estamos atravesando una etapa de transición, en la que la gobernadora se va y decidió dejarlo todo en manos de la nueva gestión, jugando con las expectativas de los becados, y con su falta de estabilidad laboral. La burocracia y las mentiras los dejaron con las manos vacías. Los becados afirman haber seguido los pasos correspondientes, y haberse dirigido al Ministerio de Hacienda, al de Desarrollo Social, y a la Casa de Gobierno, y siguen sin respuesta alguna.
Según las propias palabras de una persona que está en esta situación, “Si hubiera estado el expediente en casa de gobierno, ya lo hubieran firmado. Nosotros hace años que trabajamos y nos metieron en la misma bolsa de los que trabajan hace poco, en el expediente somos un montón y por eso no salimos”. La conclusión de esto es que, una vez más, las personas están a merced de la voluntad de unos pocos, que no se ocupan de las cosas realmente importantes, ni dan certezas a personas que merecen un buen trabajo.