En la nueva Plazoleta 8 de Noviembre ubicada en avenida Presidente Castillo frente a la Escuela Municipal N° 1 de la Capital, cayó mampostería. Una frágil estructura se desprendió por efecto del viento. Afortunadamente no había vecinos en el lugar. Está implicado, nuevamente, Eduardo Niederle, mano derecha del actual gobernador de la provincia de Catamarca Raúl Jalil. La obra fue realizada mientras ambos estaban en la gestión de la capital provincial, Jalil como intendente y Niederle en obras públicas.
No es la primera vez que el ingeniero Eduardo Niederle y Raul Jalil forman parte de un escandalo de estas magnitudes. Recordemos el caso del estadio de futbol “Bicentenario”, en el cual Eduardo Niederle estuvo en el cargo de director de obra. Hoy, el estadio se cae a pedazos y quiere arreglarlo con fondos públicos.
Existe el caso también del escandalo que protagonizaron Niederle y Jalil, por ese entonces intendente de la ciudad capital de Catamarca, junto al Obispado. Este ultimo decide tirar abajo un edificio historico y centenario, en donde se ubicaba el diario La Unión. El edificio le pertenecía al Obispado de Catamarca, así que un día desalojaron al edificio y lo derribaron. En su lugar construyeron una playa de estacionamiento, propiedad del Obispado, a 20 metros de la plaza principal.
La playa de estacionamiento se hizo con recursos de la municipalidad administrada por Raul Jalil. Hubo impunidad total hasta que se descubre que esa playa de estacionamiento estaba administrada por Eduardo Niederle. Evidentemente todo fue un negocio para ellos y el intendente Jalil no era ajeno a la situacion.
La calidad de la obra publica de Niederle es deplorable. Otros ejemplos de desidia total son la pared de La Gruta, la inundación de la Plaza 25 de Agosto, aparte del Estadio Bicentenario.