El gobernador Jalil viene teniendo serios problemas de gestión desde que asumió. Por desventaja, antes de poder acomodarse apareció el coronavirus. Ahora el gobierno de Catamarca reconoció que analiza el retorno de los bonos por el impacto de la emergencia sanitaria. Como si eso fuera poco, desliza que podría reducir los sueldos de los empleados públicos. Según trascendió, el bono catamarqueño tendría la imagen del caudillo Felipe Varela.
Como era de esperar, la administración Jalil insinuó la idea a través de uno de sus funcionarios, preparando el terreno a sabiendas de que la decisión política no caería bien en la sociedad. Fue el ministro de gobierno, Jorge Moreno, el encargado de mencionar que los recursos se vieron notablemente resentidos y que Catamarca no es una isla. Para respaldar políticamente lo decidido, se cita a provincias que adoptaron igual medida para justificarse y que nadie se desespere.
Catamarca no tiene casos aún de coronavirus y ya se anuncian medidas extremas como la de rebajarle el sueldo a los empleados públicos o la emisión de cuasimonedas. El respaldo sería la minería, como lo fue en una provincia que tras tener el yacimiento más grande de Latinoamérica (Alumbrera) y una mina de oro (Farallón Negro) no logró nunca tener sueldos dignos. Esto pasó a pesar de ser una provincia considerada rica, ya que en la práctica permanecía con muchos pobres.
Esta semana, el propio Jalil reactivó el proyecto de pasar empleados legislativos a la Policía y la Salud desconociendo la división de Poderes. Uno de tantos ejemplos que se están utilizando e imponiendo como “cortinas de humo” para distraer a la sociedad. Esto sirve para poder avanzar con medidas drásticas para el pueblo. Cabe destacar que los privilegios políticos se mantienen y la corporación Jalil sigue facturándole al Estado (negocios de la salud y automotores).
Mientras, las denuncias por corrupción se diluyen y las soluciones de fondo no aparecen. Cuando la gente tenga la cabeza en otra cosa se dirá en voz alta -y ya sin rodeos- que el gobierno ya había advertido de la necesidad de bajar los sueldos y emitir bonos. Con estas movidas se tapan falencias de gestión que se presentan como “inevitables” y la “mejor decisión” para lo cual se le pondrá la figura de un prócer. Felipe Varela, el moño del regalo que nos trae la gestión Jalil.
Juan Carlos Andrada