Un grupo de Whatsapp de médicos se convirtió en una mina de oro en Catamarca. Se captan pacientes “con obra social” del interior y se los “ubica” en los sanatorios privados “Junín” y “El Pasteur”, propiedad de la familia del gobernador Raúl Jalil. La maniobra ya había sido expuesta por El Aconquija pero hoy se reactivó el escándalo cuando la competencia, el doctor Roberto Gómez pidió ser incluido en es grupo y exigió que le envíen también pacientes a él, como sería lo más justo.
El grupo se llama IAMST Catamarca, haciendo alusión en sus tres primeras letras al Infarto Agudo Miocardio y, con la ST, a una referencia que aparece en los electrocardiogramas. Del sistema participan más de 100 médicos de toda la provincia de Catamarca. Si bien su principal función era la de dar indicaciones rápidas en casos de emergencias, se convirtió en un negocio millonario por los montos que maneja la terapia.
Tal vez la pandemia tenga mucho que ver con la necesidad de escribir abiertamente sobre la injusticia o diferencia en la que cae este grupo de Whatsapp con derivación casi exclusiva a los sanatorios de la Corporación Jalil al punto que la competencia pidió ser parte. Y no es para menos, a 40 mil pesos por día de terapia, con un flujo constante de pacientes garantizados desde el interior, que pagará la obra social estatal es una negocio de cifras millonarias.
En las capturas de pantalla que accedió El Aconquija, el doctor Barrionuevo dice “Hola, hablé con el Dr Roberto Gómez, que ni está en el grupo y pienso que debería estar y solicita que deriven a su centro por favor”. Pronto la Dra Lorena Villagra, una de las administradoras del WSP responde que “en el grupo están lo que quieren estar” y “aquí no se selecciona”, a lo que Barrionuevo contesta: “yo no dije eso, solo pedí que lo agregaran”. Las capturas de pantallas dice más de lo que se lee.
Obra Social
Este grupo de WSP es una máquina de conseguir paciente con obra social, los que no tienen obra social por supuestos los mandan al Hospital público San Juan Bautista. Curiosamente, tras décadas de hacer fortuna, con el COVID-19 los sanatorios privados se declaran en crisis y ajustaron por el lado de los empleados, ahora también se pelean por pacientes. Nadie está dispuesto a perder o todos se quieren salvar a cómo de lugar. Vale todo.