Se desató una polémica por un bolsón que entrega el senador Raúl Chico en San José (Santa María). La gente le llama el bolsón del “peor es nada” porque solo tiene 1 polenta, 1 puré de tomate y medio kilo de azúcar. Los beneficiarios reniegan por la pobreza de la ayuda oficial por parte del legislador, mientras otros sobreviven aunque sea uno o dos días con ese miserable aporte. Hay que considerar que estamos en un momento crítico desde el punto de vista económico y sanitario por el CV-19.
Santa María es un departamento del oeste catamarqueño administrado por el intendente peronista Juan Pablo Sánchez. El senador Chico le disputa el liderazgo territorial exhibiendo cierta cercanía con el gobernador Raúl Jalil que el jefe comunal pone en duda debido a que el legislador se precia de haber gestionado obras que ya fueron solicitadas por el intendente. En este contexto de puja política se enmarca el asistencialismo barato del pobre bolsón llamado “peor es nada”.
El fuego cruzado entre el senador Chico y el intendente Sánchez se debe a la capitalización de proyectos anunciados por el Gobernador, entre ellos la Planta de tratamiento de residuos sólidos, la Planta de tratamiento de líquidos cloacales y la presa de Ampajango. Mientras Sánchez asegura que la gestión la hizo el municipio, el senador afirma que se sentó a consensuar las obras con Jalil en una suerte de mesa chica donde por supuesto no estuvo el jefe comunal santamariano.
Sánchez expresa que viene tratando estos temas desde su ingreso a la intendencia, incluso viajó a Buenos Aires durante la Presidencia de Mauricio Macri, de hecho arribaron técnicos de Nación a Santa María. Por su parte Chico manifiesta que él es el gestor de dichas obras y no esconde su intención de ser el próximo intendente. Afirmó que “algunos solo reconocen lo que ellos hacen y no el trabajo de los legisladores de Santa María” en un tiro por elevación a Sánchez.
Ya habíamos advertido que la pandemia no había anulado las especulaciones políticas y que las dádivas y el asistencialismo mantienen ese carácter electoralista aun en medio de la crisis sanitaria que vino para profundizar la pobreza. Los defensores del indigente bolsón “peor es nada” agradecen y aseguran que sirve para sobrevivir un día más aunque el resto del mes es una incertidumbre dolorosa para muchas familias víctimas de la politiquería barata.
Juan Carlos Andrada