No ha sido fácil transitar por este periodo de aislamiento pero la esperanza es lo último que se pierde. En este contexto de desesperación y angustia por el encierro y las nuevas prohibiciones no faltan los buenos ejemplos, esos que te conmueven hasta las lágrimas. Un preceptor decidió pintar la escuela para tener un regreso a clases soñado. Una forma de agradecer estar vivo, una luz de esperanza que brilla con hechos pequeños pero gigantes.
Sentarnos simplemente esperar porque “ya va a pasar” ha sido la actitud general. Muchos no saben qué hacer con su tiempo acostumbrados a andar todo el día o a producir sin parar (ni sábados ni domingos). Tal vez esa cultura venga de nuestros abuelos “incansables” a la hora de poner manos en la obra, en la otrora Catamarca donde no había internet ni WSP pero sí mucha voluntad y principios.
La noticia viene de Andalgalá donde un preceptor pintó la escuela en cuarentena preparando el edificio para cuando los chicos vuelvan. Su nombre es Rubén Nieva y presta servicio en la Escuela Agrotécnica Dr. Rodolfo Moran. El año pasado hicieron una rifa y con un sobrante se compró un tacho de pinturas. Un par de amigos le hicieron el “aguante” en esta locura que tuvo de pintar la escuela como si fuera su casa o pintarla para los chicos como si todos fueran sus hijos o nietos.
Agradecimiento
Cómo toda persona humilde, agradeció “a todos por el apoyo”. Esta historia es llamativa porque no estamos acostumbrados a tanta honestidad y respeto (con una platita del sobrante de una rifa del 2019 compró la pintura). Estamos acostumbrados a que los políticos nos saqueen haciendo vaciamiento antes de cerrar cada año. Grandes fortunas cuyo destino es incierto, estamos acostumbrados a que nos roben, a que se aprovechen de nuestras necesidades.
Mientras el preceptor pinta la escuela, los políticos están escondidos para no correr riesgo y no conocen los puestos camineros, o están maquinando nuevas formas de robarle al Estado, porque tras la pandemia, el robo se concretará en el ámbito virtual. Tremendo mensaje del preceptor pintor, hay locuras y locuras, por lo que, se debe ocupar la mente en algo sano en esta cuarentena para no volverse un loco malo y dañino. ¡Felicitaciones Señor pintor, tiene nuestros respetos!