La incoherencia en pandemia está haciendo desastre. Por caso los sanatorios del Gobernador Raúl Jalil vienen cruzados con las versiones que circulan en las redes sociales y que ponen en el ojo de la tormenta a la familia del Primer mandatario. Por caso, el Sanatorio Junín sacó un comunicado donde se afirma que cumplen con toda la normativa pero se contradice con la foto de Andrés Jalil, hermano de Raúl, cruzándose sin barbijo dentro del centro de salud privada.
El comunicado que sacó la empresa se emitió el pasado 8 de junio de 2020. “Sanatorio Junín informa a la comunidad en general la inexistencia de contagios por covid-19 entre personal médico y no médico de su planta como así también, entre los pacientes actualmente internados en este centro médico”, expresa el parte de la gerencia del Junín buscado llevar tranquilidad a la sociedad.
“Cabe aclarar que Sanatorio Junín cumple con las normativas y protocolos vigentes para la protección y prevención de contagio de su personal y de toda persona que ingresa a sus instalaciones, adhiriéndose estrictamente a toda normativa emanada por las autoridades sanitarias”, se afirma descaradamente atento a la imagen que publico El Aconquija de Andrés – administrador y hermano del Gobernador sin barbijo paseándose dentro del Junín.
Finalmente sostiene que “en el Sanatorio Junín, la salud y seguridad de sus pacientes, familiares y personal de salud es su total prioridad”. Lo que llama la atención es que el Gobernador tenga que renegar con su propio hermano que es parte de esa sociedad que no responde al compromiso al que alude Raúl por donde se mete al Covid-19, con el agravante de que son empresarios de la salud hace años, se diría de toda la vida.
Tampoco la justicia reacciona de la misma manera cuando se comente una infracción o violación a la cuarentena o el aislamiento. Cuando se trata de pobres son imputados rápidamente y se llama a la presa con pauta oficial para que le de mucha difusión, mientras que cuando se trata de los poderosos o familiares de funcionarios en el Gobierno los fiscales y los periodistas oficialistas se auto-censuran, se regalan, se entregan, ceden. En definitiva, son los que garantizan la impunidad.
