[OPINIÓN] Por Matilde Serra. Otra vez las fotos de campaña. Ayer una dirigente con los dedos en “v” en la zona sur de la capital de Catamarca entregando bolsones a una mamá y su hijo menor sin ninguna medida de protección sanitaria olvidando que estamos en una pandemia mundial. Hoy El Aconquija les muestra a la intendenta de Valle Viejo, Susana Zenteno, que le gusta mostrarse denigrando a la gente con un maple de huevos o bolsitas con algunos productos para tirar la semana. ¿Por qué la foto?
En qué quedó eso de “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha”. La solidaridad se desvirtúa en la era Covid-19 por ambiciones políticas de personajes que requieren mostrar en su Facebook el rostro desesperado, desencajado, angustiado, de familias pobres que ya demasiado tienen con lidiar con la emergencia sanitaria y las consecuencias económicas que los está desbastando como para remarla también con el narcisismo de estos politiqueros de cuarta.
Es incalculable el valor que tiene hoy una caja de lecha o un paquete de arroz pero la foto rompe el acto solidario para convertirlo en un aprovechamiento de la necesidad ajena encima mostrando rostro de niños pequeños sin autorización de sus padres, lo que significa un delito. Es verdad que hay mujeres que harían cualquier cosa para alimentar a sus hijos, lo que no implica que los políticos puedan usarlas para su egoísmo o falta de confianza como funcionarios públicos.
Como se nota que no lo hacen de corazón sino ¿para qué humillar de esta forma? Cuando la prioridad es ayudar en este contexto excepcional ¿quién puede acordarse de sacar fotos para subirla después al “face”? Dime de qué te jactas y te diré de qué adoleces. Tal vez es preciso “mostrar” porque la gestión Zenteno se siente cuestionada. Quizás son menos los que cuestionan y más los que apoyan, pero pierde adeptos o fanáticos con estos complejos insuperados.
Es incomprensible que una intendente mujer que llegó a ser la jefa comunal de Valle Viejo manosee a las mamás chacareras de esta forma cuando llegó al poder presentándose como lo “nuevo” y con una “sensibilidad” especial para ponerse en el lugar del otro. El “género” no es, no era ni será el problema, siguen siendo las actitudes miserables, la politiquería barata, el vale todo de hombres o mujeres en la política solo para mirarse al espejo y elogiarse. ¡Un psicólogo por aquí!
