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Política

Rompecuarentenas de Belén: A los “pobres” los meten presos, a los funcionarios no

La justicia es bastante selectiva para los belichos.

El Aconquija publicó varias violaciones a la cuarentena en Belén que terminaron con detenidos durante la fiesta, e incluso posterior al festejo fueron identificados y buscados en sus domicilios por la policía. Sin embargo, el fin de semana un funcionario de Daniel “Telchi” Ríos volcó alcoholizado cometiendo el mismo delito que los vecinos que terminan en la Comisaria pero no sólo que no fue en cana sino que se negó a la extracción de sangre.

El planteo de los ciudadanos es la evidente connivencia entre los poderes que provocan una notable desigualdad cuando en realidad la ley deber ser aplicada en forma rigurosa para todos. Si el secretario de Cultura, Cristian Ogas, volcó alcoholizado volviendo de una fiesta clandestina violando la cuarentena no se entiende el trato diferencial si lo comparamos con los otros belichos rompecuarentenas que terminaron en la Comisaría.

No bastó con que renunciara a su cargo, ese es un aspecto político de la falta que cometió como funcionario del intendente Ríos. A “Telchi” tampoco le tendría que alcanzar con aceptarle la renuncia, tendría que haber pedido que lo metan preso como a los demás vecinos, ¿o acaso lo llamó al fiscal para que no lo haga? ¿Y el fiscal de Belén que pidió la extracción de sangre, por qué no lo castigó por revelarse a la autoridad policial y judicial?

Lo que preocupa son los vínculos entre la Fiscalía, la Comisaría y el Ejecutivo municipal, es decir entre el fiscal Jorge Alberto Flores, el Comisario José Carrazco y el intendente Daniel Ríos para saber quién de estos personajes solicita hacer diferencias entre los belichos cuando se trata del mismo delito: violaciones al Decreto presidencial y provincial que no debería tener consideración ni mucho menos excepciones.

No puede ser que el vínculo con el fiscal o el intendente o el comisario hagan la diferencia al momento de aplicar la ley. Cuando se procede de esta manera, se pierde autoridad, respeto. La gente está molesta y tiene razón de quejarse. No piden que los rompecuarentena “pobres” no paguen, piden que los políticos y amigos o familiares de los poderosos paguen igual y duerman en la Comisaria, como cualquier hijo de vecino que cometió un delito.