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Andalgalá

Política

La precariedad del municipio minero de Andalgalá en tiempo de Covid-19

Plástico negro: las improvisaciones del municipio de Andalgalá en tiempo de Covid-19.

Los lectores de El Aconquija están obsesionados en reflejar la realidad en cada pueblo del interior de Catamarca. Aquí las quejas están centradas en el Hogar de Ancianos de Andalgalá donde se ha improvisado una antesala con nylon negro justo en la entrada o ingreso de la institución. La estructura serviría para dejar pertenencias justo al ingreso del Hogar pero el ámbito de plástico es inseguro y no parece apropiado.

“Lo que vi hoy me pareció indignante por el hecho de que es un lugar que tendría que estar bien en todos los aspectos, no sé para qué ponen tanta cámaras de seguridad en el Hogar de Ancianos de nuestro departamento si van a descuidar la entrada, cómo pueden dejar ahí camperas, bolsos, o carteras”, se pregunta uno de los mensajes enviados a El Aconquija en relación con el funcionamiento de la institución y las decisiones políticas que se vienen tomando.

“Armaron una estructura con plásticos negros, un sucucho para que la gente que allí trabaja se cambie y deje sus pertenencias en ese lugar sin ninguna protección, es inseguro, no está cerrado y cualquiera puede entrar, por lo menos que le hagan algo como la gente y que le den la contención que se merecen a estos abuelos porque incluso tengo entendido que la comida que les dan allí es pésima y que la gente que trabaja no tienen protección sanitaria”, afirman.

Recordemos que por ejemplo los vecinos de Choya ya habían marcado falta de colaboración e insumos instalado un puesto y que tuvieron que llevar lavandina de su casa porque no tenían colaboración del municipio ni de las empresas mineras. Cansados de esperar pensaban cerrar directamente a la altura del arco y sellar a los costados para que no pase nadie desde Santa María. El pedido de insumos era para el Municipio, Agua Rica y CAMYEN.

Con necesidades por todos lados no hay presupuesto que alcance pero también es cierto que tampoco se sabe qué hacen millones de pesos que supuestamente deberían ir a las postas sanitarias, hospitales, hogares de ancianos, controles en las rutas. La molestia de los vecinos pasa porque trascienden desembolsos millonarios que no se ven reflejados en la realidad. La situación es una constante que se repite en la mayoría de los pueblos del interior catamarqueño.