Política

Jugada política: El Mínimo Vital y Móvil garantizado solo por 3 meses para los municipios

El gobernador afirmó que sólo garantiza el MVM por 3 meses. ¿Qué implicancias tiene para los municipios?

Una nueva polémica se da en torno al gobernador Raúl Jalil debido a algunas declaraciones que dio ayer y que pasaron desapercibido, y es que el mandatario dijo que el Mínimo Vital y Móvil de 17.750 está garantizado sólo por 3 meses para los municipios. Sin dudas, esta afirmación ha sido un baldazo de agua fría para los esperanzados intendentes con la ayuda provincial.  

La realidad es que no había un instrumento que garantice la continuidad en el tiempo del Mínimo Vital y Móvil de 17.750. No existe un documento donde los municipios puedan adherir tranquilos para ver las especificaciones. Sin embargo, los intendentes lo celebraron, pero de ahora en más el Ejecutivo Provincial solo lo garantiza hasta octubre. En definitiva, el gobernador declaró que la garantía es por 3 meses, comenzó a darse desde julio para cobrar en agosto. Ahora termina en octubre.

Luego, cada municipio tendrá que arreglárselas y sacar de fondos propios para garantizar el pago a los empleados. Pero la realidad es que no hay ningún municipio en la provincia q pueda sostenerlo si no es con ayuda de Provincia.Cuando se le quite esa ayuda a los municipios, no van a poder hacer frente a semejante compromiso. Jalil los quiere “jadeando” a los intendentes ya que los quiere manipular económicamente porque se vienen las elecciones legislativas.

Como Raúl Jalil no sabe construir políticamente, los está obligando económicamente a que se dobleguen.  Por otro lado, el gobernador dice que no tiene plata y que por eso no garantiza los recursos de manera permanente para los municipios. Pese a esto,  sí tiene plata  en plazo fijo (esto reconocido por él mismo) y hace cuestiones que poca urgencia tiene como la reparación del Estadio Bicentenario.

No existe la independencia de los municipios, la distribución de fondos es para los más favorecidos por el poder. Es decir, aquellos intendentes que tiene una amistad o una afinidad ideológica (y, por qué no, una subordinación) con el gobernador. Esto terminará siendo un juego de terror, donde los intendentes son tratados como unos empleados más de la empresa de Jalil y no como jefes territoriales. El gobernador no hace otra cosa que hacer política con la billetera, para tenerlos agarrados políticamente. Si realiza una extensión de la medida, probablemente los haga sufrir y mostrar su amor hacia él.

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