Desde hace tiempo que las denuncias por los caminos en el distrito minero son recurrentes. Los pueblos están aislados por falta de mantenimiento en las rutas de Fiambalá y nadie responde por una ambulancia que necesita llegar a Tatón. El perder la comunicación a través del pésimo estado vial sigue siendo motivo de noticias, no solo para la provincia sino también a nivel nacional.
Luego del accidente en una motocicleta en la localidad de Tatón, donde perdió la vida Aníbal Martin Gonzáles de 35 años, la ambulancia que se dirigía a esa población para trasladar de regreso el cuerpo sin vida tuvo que ser remolcado por una máquina. El móvil sanitario no pudo atravesar las dunas que obstaculizan la normal transitabilidad de la Ruta Provincial N° 135.
La información detalla que quedó estancada en un trayecto a unos 20 kilómetros entre las localidades de Medanitos y Tatón, debido a las deplorables condiciones que impiden la circulación de tracción simple. Este obstáculo impidió también a la policía llegar al lugar del hecho con la urgencia que ameritaba el caso.
Al momento, el joven Samir Isaías Villagrán de 20 años se encontraba herido y tuvieron que transportarlo en una camioneta 4×4 de un vecino de la zona. Sin la colaboración de la comunidad, el muchacho no habría sido asistido rápidamente por un médico. La responsabilidad de la gestión administrada por la intendenta Roxana Paulón no se hace notar y, como Tatón, los pueblos continúan abandonados.
Es inaceptable que quienes deban velar por el bienestar y la salud del pueblo que los eligió, no puedan brindar por lo menos un traslado adecuado de los pacientes a los nosocomios. Las personas dependen de la solidaridad y buena voluntad de sus pares. Esta es otra hazaña más de una ambulancia y la triste realidad de los pueblos del norte de Fiambalá.
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