Todo se pierde en Catamarca. Muchas cosas se pierden y los concejales, diputados, Tribunal de Cuentas no saben nunca nada. Por caso en Andalgalá había una fábrica de adoquines pero el Intendente compra en otra provincia. No es una cuestión de color político sino de malandras en el gobierno. Luego se gasta el doble o las cosas desaparecen. Nadie va preso mientas los pueblos quedan atrapados en el tiempo, pobres y más dependientes de la dádiva política.
Con adoquines, el intendente radical Eduardo Córdoba está haciendo algunas obras en la Perla del Oeste. Lo curioso es que Alejandro Páez, ex intendente y actual diputado, sacó chapa con la fábrica local pero no está disponible, no la están usando porque fue un verso o no sirve para hacer la “diferencia”. Tampoco se informa sobre el estado de estas inversiones públicas que al parecer sirven solo para la foto porque a la hora de comprar, le seguimos dando trabajo a otras provincias.
En los paquetes de adoquines que se encuentran la vía pública de Andalgalá se puede leer el origen del material. Dice Blangino y dan una dirección en internet www.blangino.com.ar donde figura la dirección: Monte Cristo, Córdoba. Sería interesante que los concejales andalgalenses del oficialismo y la oposición, incluido el propio diputado radical y ex jefe comunal, Alejandro Páez, pregunten qué pasó con la fábrica de adoquines en Andalgalá y a cuánto compró el actual intendente los adoquines.
No es curioso. También había una Pulpadora de membrillo y las máquinas ya no están. Los legisladores que deberían controlar y velar por el patrimonio público están cebados, relajados por efecto del poder de turno que por lo general pasa por el Ejecutivo. No solo no se pide informe sino que cuando piden no supera el show del momento dejando a las claras que lo que realmente preocupa es formar parte de los negocios turbios con plata del Estado.
El silencio trae sus premios, la recompensa puede ser la reelección, algún otro cargo en el Ejecutivo, o el sueño de ser “ñoqui”, más conocido como Punto Índice. Cobrar y no laburar en ningún lado. No se puede invertir dinero público varias veces en la misma cosa para después no tener porque no se compró bien o porque no lo cuidan. Teníamos Pulpadora pero ya no tenemos nada y ahora quieren gastar de nuevo en otra. Teníamos fábrica de adoquines pero compramos en Córdoba. Dense cuenta, les sobra la guita (del pueblo) que hace falta en otro lado (pobres).
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