En las provincias, según estimó un informe, la caída de los recursos de coparticipación para las provincias alcanzó en abril el 18,9%. En este sentido, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó que: “El contexto económico argentino en la etapa pre COVID-19 ya era complejo y con las medidas de aislamientos dispuestas, esta situación se agravó”.
El estudio sostuvo que, “la recaudación se vio afectada, por la reducción del monto de impuestos y tasas derivado de la inactividad, como por el atraso en el pago de los mismos”. A su vez, estimó que “la caída real de los recursos de coparticipación para el conjunto de provincias en abril alcanzó el 18,9%”.
“Si bien en marzo ya se percibía la caída derivada del coronavirus, en el último mes la contracción fue sensiblemente mayor”, apuntó. Asimismo estableció que la provincia que sufrió menor pérdida fue Buenos Aires, “con una caída de 17%”, precisó. Destacó, por otro lado, que en el otro extremo, “se registró una mayor caída en Santa Fe, que computó una merma de 22,4%”.
¿Qué es la coparticipación?
Las provincias reciben recursos del Estado nacional por dos vías. Una de las más importantes son las transferencias automáticas diarias, que se determinan principalmente según la coparticipación. Son los fondos que la Nación distribuye en las provincias según los porcentajes fijados por ley y que se reparten según la Ley de Coparticipación Federal de 1988, aunque también hay otras leyes y regímenes especiales.
“Generalmente se llama ‘coparticipación’ a toda la masa de recursos que manda la Nación a las provincias de manera automática, contando no sólo la ley de 1988, sino también las leyes especiales”, explicó a Chequeado Ariel Barraud, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
“La ley no explica de qué dependen los porcentajes que van a cada provincia, sino que se negoció políticamente. En otros países federales depende de la población, pobreza o indicadores objetivos, cosa que acá no sucede”, precisó Barraud.