En momentos de crisis profundas, contextos muy adversos o enfermedades, la gente apuesta a la fe. El coronavirus ha golpeado todos los ámbitos, incluyendo la fe. Las iglesias terminaron cerradas, al igual que muchos comercios. Esta semana, todo el país entro a una flexibilización del aislamiento. Por esta razón, en algunas provincias el retorno a las iglesias es posible. En el caso de Tucumán, esto no sucederá por ahora.
El Monseñor Carlos Sánchez, arzobispo de Tucumán, avisó que la comunidad cristiana de la provincia continuará con sus templos cerrados. En una carta publicada en Twitter, Sánchez comunicó a toda su comunidad que las iglesias permanecerán cerradas, tal como lo indica el gobierno provincial. Al final de la carta, el líder religioso convocó a todos los católicos a fortalecer la oración de la salud y de la Virgen de la Merced.
La posibilidad de muchos creyentes de volver a celebrar una liturgia o acceder a la asistencia espiritual en el templo, quedó desestimada. En el anuncio del Gobierno nacional, se permitía la apertura de templos pero estos deberían funcionar únicamente como espacios de oración. Hay provincias que se alinearon a esta propuesta, otras fueron más allá y aprobaron las misas pero con templos ocupados a un 30% de su capacidad.
El impedimento a la apertura de ciertas actividades es porque en Tucumán se espera el ingreso de personas que vienen del exterior. También de trabajadores golondrinas que deben retornar a la provincia. Estas entradas representan un peligro para el control del virus que se ha realizado hasta ahora. Sin embargo ya hay dirigentes analizando opciones para que las iglesias abran nuevamente sus puertas. La flexibilización para la fe deberá esperar en el Jardín de la Républica, aunque esta medida genere descontentos en la comunidad cristiana.