El contexto de pandemia en el que nos encontramos provocó muchos cambios en la vida diaria de todos. Cada institución debió acatar las órdenes del Ministerio de Salud, para poder evitar la propagación del covid – 19. El penal de Villa Urquiza no fue la excepción. En el mismo, se tuvieron que realizar muchas modificaciones para asegurar la salud de las personas en situación de encierro y del personal de servicio penitenciario.
En una entrevista, el director del organismo, Juan Esteban Saracho, explicó los cambios que se realizarán en el penal. “Dentro de las normas que se han modificado por tiempo indeterminado, hasta tanto las autoridades sanitarias lo establezcan, se encuentra la suspensión de las visitas de allegados de los reos” detalló. También hubo otra modificaciones en cuanto al control de los objetos que ingresan. “Se ha establecido un sistema de control de triple bolsa para recibir mercaderías”, el mismo se realizará en la Biblioteca General Urquiza.
Por otra parte, explicó que la unidad penitenciaria consta de una serie de requisitos muy exigentes con respecto al uso de celulares. Todos los dispositivos móviles que ingresen al penal, tienen que ser comprados legalmente y tienen que tener una persona responsable del abono. Además se registra el número de IMEI del aparato y de la línea, esto permitiría el seguimiento y el control del mismo. En cuanto al horario, los presos solo pueden usarlos de 8 a 18 hs y en un lugar específico.
Solicitudes de excarcelación
En cuanto a las solicitudes de prisión domiciliaria, pedidas por gran parte de la comunidad carcelaria por el riesgo de contagio de coronavirus en plena pandemia, Saracho comentó que solo se otorgó 51 prisiones domiciliarias. A las personas que se le aprobaron las solicitudes, cuentan con los requisitos que se le exigían de edad y de enfermedades crónicas. Los mismos, están en sus domicilios con una pulsera electrónica que permitirían asegurarse de que cumplan con la condena prevista.
En algunos casos de esos 51 excarcelados, se les otorgó una custodia policial o personas del servicio penintenciario. Juan Saracho explicó que además del rango etareo y las enfermedades crónicas que padecían los presos, también se tuvo en cuenta sus antecedentes, su conducta dentro de la unidad penitenciaria y la apreciación del Consejo de disciplina que tiene el servicio. También hizo referencia a los 353 aspirantes que hicieron el curso y están listos para entrar. “Deberán aguardar, puesto que la pandemia extendió los plazos previstos” explicó.